Las calles de Brasil son fiel testigo de que no basta con el talento para llegar al futbol profesional. En todo barrio hay algún crack con la magia que no se ve ni siquiera en las principales ligas de Europa, pero que por distintas razones no pudo dar el salto que otros sí lograron.
Razones hay muchas. Y es que en la mochila de todo niño que desea convertirse en profesional, hay algunos requisitos que no pueden faltar: disciplina, humildad, constancia y una familia que acompañe todo ese proceso. Ícaro da Conceiçao es un claro ejemplo de esta realidad.
El mediocampista fue uno de los refuerzos del América para la categoría Sub 21 de las fuerzas básicas. Su contratación llamó poderosamente la atención, pues apenas tiene 18 años edad y poco se sabe sobre él; sin embargo, el conjunto azulcrema vio su enorme potencial y no lo pensó dos veces.
En Águilas Monumental tuvimos el privilegio de conversar en exclusiva con Geovania Santos, madre de Ícaro da Conceiçao, quien compartió detalles sobre la formación del talento azulcrema y sobre todo el enorme orgullo que siente después de la llegada de su hijo a Coapa.
“Caminaba una gran distancia todos los días…”
Las madres nunca se equivocan y en esta oportunidad el instinto no le falló a Geovania Santos. Ella siempre supo que Ícaro tenía el sueño de convertirse en futbolista profesional, algo que en poco tiempo se confirmó con el contrato que firmó con el América.
“De niño, ya quería ser jugador. Solo pasaba el tiempo en las canchas de futbol jugando con sus amigos”, expresó la progenitora del futbolista, quien posteriormente dio detalles sobre el esfuerzo que hacía Ícaro para entrenar todos los días. A veces, querer es poder…
“Asistió a la academia desde pequeño, y era una escuela de difícil acceso llamada Marinheiro FC, así que caminaba una gran distancia todos los días para entrenar con sus amigos. Así fue como comenzó a desarrollarse y se dio cuenta de que tenía el talento para llegar donde está hoy”.
El orgullo de mamá
Geovania Santos no esconde su felicidad por ver a Ícaro da Conceiçao cumplir su sueño, sobre todo en un club de tanta historia como el América. Por esa razón, más allá del contacto diario que hay en toda relación madre – hijo, siempre que tiene la oportunidad sigue los partidos de la Sub 21.
“Llegó a México con ganas de trabajar y seguir desarrollándose para lograr grandes cosas. Por televisión, a través de algunas transmisiones en vivo“, expresó sobre el inicio de Ícaro en Coapa, una situación que no deja de ser compleja para la familia por estar tan lejos a su corta edad.
“Estaba contento con la oportunidad de vestir la camiseta del América, sabía el gran reto que sería y se está preparando muy bien. Es un poco difícil porque está tan lejos a los 18 años, pero es su sueño, así que lo apoyamos mucho y lo animamos incluso desde la distancia”, concluyó.