El América se encuentra envuelto en un espacio de incertidumbre en el que se mezclan las ilusiones que siempre despierta el club en sus aficionados, la urgencia de la institución por conseguir resultados y la tragedia que ha golpeado al equipo en los últimos tiempos. El presente americanista tiene preocupados a más de uno, la historia reciente y las circunstancias actuales con las que vive el club están lejos de los festejos y la gloria que tanto ahelan los millones de seguidores del equipo azulcrema,que de manera involuntaria e incondicional, suelen ilusionarse cada vez que comienza una nueva competencia. Especialmente ahora, en el mundo americanista existe, como en cualquier equipo grande cuando pasa un tiempo sin lograr éxitos, una urgencia enorme por conseguir resultados, títulos mejor dicho, que calmen un poco las aguas de un club que ha sido atormentado en la última época. Sin embargo, los problemas acechan a las Águilas desde hace tiempo y cada vez que el equipoaparenta darseñales de recuperación, sucede algo que lo hace retroceder y volver aenredarse con sus defectos e inseguridades. Para no ir tan lejos en el tiempo, tomaremos simplemente desde el comienzode este año, cuando el cuadro azulcrema arrancaba con una ilusión enorme de ganarse un lugar en la Copa Libertadores, un torneo que le encanta al americanismo. Todo iba bien hasta el día de la final, cuando la falta de ambición, personalidad yvariantes ante un equipo competitivo como Monterrey, impidieron por segundo año consecutivo que los de Coapa y sus seguidores estuvieran en Sudamérica. Después del tremendo y doloroso descalabro, era tiempo de hacer borrón y cuenta nueva para enfocarse en lo único que le quedaba, el sobrevaluado “Torneo Bicentenario”, un certamen quesólo aumentóla presión sobre jugadores, cuerpo técnico y directiva americanistas, ya que la suma de fracasos recientesen la institución lesredujo el ya de por sí estrecho margen de error, obligándolos sí o sí a quedarse con el trofeo de “edición especial”. El debut fue tan espectacular como engañoso, ya que el 5-1 al San Luis en el Azteca fue concebido bajo circusntancias muy favorables para las Águilas,que nosuelen repetirsemuy a menudo en un torneo de 17 fechas. Aún así, aquel resultado pudo por lo menos distraer la atención del último fracaso y levantar el ánimo de muchos aficionados. Y así, sin más que un encuentro, volvemos al mismo patrón: Señales de recuperación seguidas de caídas que vuelven a ubicar al equipo en una posiciónincómoda, mas no muyalejada de la realidad. Morelia, sin piedad,volvió a desnudar las falencias que existen en Coapa. Sin embargo, el golpe más fuerte de la temporada no ocurrió en la cancha, sino en el Bar-Bar, con la historia trágica que ya todos conocemos de Salvador Cabañas. Ojo, pudo ser peor, aunque también pudo no pasar y hoy seguramente todos estaríamos viendo un panorama totalmentedistinto, no sabemos si mejor en lo deportivo, pues aún con “Chava” en la cancha elAmérica ya tenía problemas para funcionar, lo que sí sabemos es que sería unmomento definitivamente menos triste. Luego de haber vencido a Indiossin muchos argumentos futbolísticos y prácticamente con la camiseta, las Águilas perdieron el sábado pasado un encuentro (con mala fortuna, es verdad)que deberían haber resuelto en la primera mitad, pero que al no hacerlo regresaron una vez más al comportamiento del que venimos hablando en esta columna, sólo que esta vez el daño es potencialmente mayor al no contar con una pieza clave dentro del plantel. Ahora se viene un partido especial por donde se lo mire, que podría ser un arma de doble filo para el conjunto azulcrema. Cruz Azul se ha convertido en los últimos años en la víctima preferida (e invariable) de los de amarillo, por lo que de no conseguir la victoria el próximo domingo en el Azteca, las inseguridades en Coapa podrían aumentar de manera considerable. Más allá del resultado que se obtenga ante los celestes en el”Coloso de Santa Úrsula” y por más ilusiones que existan en los aficionados, es difícil apostar a que el América tendrá éxito en su intento de ganar este campeonato. Por muchas razones, primero por el técnico que luego de un año al frente del plantel no ha terminado por convencer a todos (quizás sólo a la directiva). Después por las ausencias, que además de la del paraguayo serán algunas más en la recta final del certamen (con los seleccionados mexicanos). Yfinalmente por el bajón anímico quepodría estarrondando al equipo durante los próximos meses. El tiempo dirá. Artemio Flores, Director Editorial de AméricaMonumental.com Foto: Mexsport