Jesús Ramírez sorprendió en la estrategia de su primer Clásico sacando del once titular a Fernando Ortíz para jugar entonces con una línea de cuatro, además de colocar como segundo contención a Enrique Vera y reemplazar al “Torito” Silva por Jean Beausejour. Ésta última modificación fue tal vez la que más le costó al estratega ya que el chileno no soportó el ritmo del juego. El conjunto americanista se mostró encarador en la segunda mitad, con ganas pero con muy poco futbol y nuevamente se notó la dependencia que tienen del atacante Salvador Cabañas, quien ni siquiera salió a la banca por la lesión que sufrió la jornada pasada ante Indios. Con este resultado, Chivas escaló a la segunda posición del Grupo 2, con 19 unidades, mientras que América se estancó en 17 en ese mismo sector para quedarse en cuarto puesto. EL PARTIDO La primera parte inició con el ánimo a tope por parte de ambas escuadras, peleando la pelota y buscando el arco rival, cosa que emocionó al público, sin embargo, con el pasar de los primeros minutos no se presentó alguna jugada de verdadero peligro. Había pasado media hora de juego y el sol pegaba de lleno en el Estadio Jalisco, por lo que el juego cayó un poco de ritmo. Para el final de la primera mitad, los 22 jugadores sacaron el extra, pues llegaron las mejores oportunidades. Resaltó la de Alberto Medina, delantero de los rojiblancos, quien luego de ser habilitado por Omar Arellano, enfrentó a Guillermo Ochoa y disparó directo a las manos del portero americanista. Para la segunda parte, el ritmo continuó como había terminado en la primera mitad, pues ambos equipos siguieron con el objetivo de ofender a su adversario. El partido estaba para cualquiera de los dos equipos y el que cometiera un error podría pagarlo caro y así fue para el América, pues se desconcentró en un instante y Chivas no perdonó. Pasaban los 68 minutos de tiempo corrido cuando Alberto Medina sacó un centro desde el costado izquierdo a la llegada de Sergio Amaury Ponce, quien se vio beneficiado del descuido de la defensiva visitante. Cabeceó picado, imposible de detener para Guillermo Ochoa y abrió el marcador. América perdió la brújula del encuentro, por lo que Guadalajara comenzó a dominarlo; pero no fue por mucho tiempo, las Águilas estaban heridas y no se iban a dejar tan fácilmente. Nuevamente se plantaron en la cancha y se fueron con todo en la búsqueda del empate. Sin embargo, los azulcremas no encontraron la igualada y comenzaron a desesperarse, cosa que el chiverío aprovechó de buena manera, pues comenzó a tocar la pelota y enfrió el partido. Fuente: Mediotiempo Foto: Mexsport