Tras el entrenamiento de ayer hubo una comida compartida entre jugadores y cuerpo técnico para buscar alivianar el pesado ambiente tras la goleada sufrida en Puebla. Si antes hubo discusiones, esta vez buscaban generar un momento feliz.
Miguel Herrera sabe bien cómo mantener tranquilos a sus jugadores. Si bien hubo fuertes discusiones y recriminaciones tras el revés contra Puebla, incluida una discusión pública entre Mateus Uribe y el Piojo tras la expulsión del primero, ya ayer hubo bandera blanca.
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Tras el último entrenamiento del martes en Coapa, Herrera reunió a sus jugadores en las instalaciones del club y compartieron una íntima comida. Se habló de la famosa carnita asada en una actividad que buscaba descomprimir las tensiones previas y reunificar lo que los resultados estaban preparando. Esta vez no hubo dirigentes, ni regaños, solo una actividad que buscaba unificar.
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¿Servirá? Lo veremos en el transcurso de la semana.
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