En el Club América no todos los talentos fracasan por falta de calidad. Algunos lo hacen por algo más complejo: la gestión del ego cuando el protagonismo se reduce. A lo largo de los años, varios futbolistas brillaron en Coapa, pero cuando dejaron de ser indiscutibles, tomaron decisiones que marcaron su carrera para siempre.

Uno de los casos más claros es el de Sebastián Córdova. Canterano azulcrema, regresó tras un exitoso préstamo en Necaxa, se ganó un lugar en el once, conectó con la afición y hasta heredó la camiseta número 10, un peso histórico en el América. Sin embargo, con el paso del tiempo y la llegada de Santiago Solari, su rol cambió, y con ello, su paciencia.

Sebastián Córdova y un final que nadie imaginaba en Tigres

La salida de Córdova del América estuvo marcada por la inconformidad. El mediocampista se marchó señalando la falta de protagonismo y apostó por Tigres, convencido de que ahí tendría el rol estelar que sentía merecer. Durante un tiempo, incluso lo logró, mostrando destellos de su talento.

Pero el desenlace fue irónico. En Tigres, el mismo jugador que dejó Coapa por minutos y peso en el equipo terminó totalmente borrado. En la final del Apertura 2025 ante Toluca, Córdova ni siquiera fue convocado para el partido de vuelta. No estuvo en la banca. No estuvo en la cancha. Vio la final desde su casa.

El contraste es brutal: salió del América como figura inconforme y terminó su etapa en Tigres sin protagonismo, sin confianza del cuerpo técnico y fuera de los partidos importantes. Una historia que deja una lección clara en Coapa: el talento alcanza, pero sin mentalidad y paciencia, no es suficiente para sostener una carrera en la élite.