Hace exactamente 22 años, un 30 de abril de 1998, se escribió una de las páginas más curiosas e insólitas de la historia de la Copa Libertadores, un torneo continental con seis décadas de vida. América debía visitar a River en el Estadio Monumental por la Vuelta de los Octavos de Final después del 1-1 de la Ida en el Azteca con los goles de Carlos Netto y Javier Cedrés, pero algo increíble sucedió y no se pudo llevar a cabo en tiempo y forma: ¡faltaron los árbitros!
Unas 15 mil personas habían dejado una recaudación de 248 mil pesos en las boleterías y los planteles habían arribado ya al mítico inmueble de la ciudad de Buenos Aires cuando las directivas de ambas instituciones se enteraron de que lo increíble había ocurrido: la terna compuesta por los brasileñosMarcio Rezende, Francisco Maurao Dacildo y José Ribar Melonio estaba ausente y empezaron a averiguar las razones.
Fue entonces cuando llegó el llamado al teléfono del juez principal y la respuesta desató la incredulidad de muchos: “A mí nadie meavisó que estaba designado para el partido. Yo estoy paseando en Belo Horizonte”. Y así había sido efectivamente: ¡la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) no les había notificado de que eran ellos los encargados de impartir justicia!
Quien comenzó a darse cuenta de todo fue Oscar Olagüe, el argentino designado como el cuarto silbante, quien había ido al aeropuerto a recibir a sus colegas pero nunca llegaron. Más tarde recorrió personalmente los cinco hoteles donde solían albergarse los árbitros en situaciones similares y tampoco estaban, por lo cual avisó a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Luego sí se disputó y fue 1-0 para los argentinos:
Los dirigentes millonarios quisieron convencer a sus pares mexicanos de hacerlo bajo la supervisión de Roberto Ruscio, Olagüe y Ernesto Taibi pero los albicelestes que actuaban en la visita (Leonardo Rodríguez, Sergio Zárate y Antonio Mohamed) sostuvieron que River con Rusciohabíaperdido un solo encuentroy pidieron por Javier Castrilli, por lo que Eduardo Deluca, el titular de la Conmebol, lo reprogramó para una semana más tarde.
River le anunció al público la suspensión del encuentro y el tablero electrónico no indicaba los goles, sino que le pedía que no tirara los tickets a la basura. “Lo más grave fue que River perdió como 50 mil dólarespor el operativo policial y los controladores de los ingresos, además de tener que prender las luces. También los vendedores de comidas rápidas perdieron como 10 mil hamburguesas”, recordó con risas de fondo Leandro, un empleado de la entidad sudamericana en aquel entonces.
Al final, el 7 de mayo sí se disputó el cotejo y el dueño de casa se impuso 1-0 gracias al gol de Santiago Solari que lo depositó en los Cuartos, instancia en la que eliminó a su coterráneo Colón para luego quedar fuera en las Semifinales ante Vasco da Gama.
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