El futbol y la lucha libre son, sin lugar a duda, dos de los deportes más populares en nuestro país. Los estadios y las arenas reciben siempre grandes cantidades de seguidores en todo el país para apoyar a sus ídolos que se encuentran ya sea sobre el terreno de juego o bien, arriba del ring con llaves y contrallaves.

Uno de los máximos exponentes del pancracio en nuestro país es Octagón. La máscara del veracruzano es toda una leyenda en México, aunque antes de ser uno de los luchadores más reconocidos, tuvo su oportunidad en el futbol e incluso, pudo haber sido jugador de América a finales de los años 70’s.

“En el 77 me fui a probar al América y estuve con gente como Carlos Reinoso, Enrique Borja, Cristóbal Ortega, Pichojos Pérez, Campeón Hernández. Éramos mil 500 los que estábamos en ese entonces para hacer el examen. Antes había un torneo que se llamaba El Torneo de los Barrios, de ahí sacaban a los grandes jugadores, los clubes mandaban visores y de ahí salieron muchos jugadores muy buenos que se llevaban a la Segunda División y de ahí a la primera. Yo estuve entrenando, jugué dos partidos en el Estadio Azteca, pero ya que yo estaba ahí, no era lo que yo buscaban no me llenó. Entonces me regresé a terminar de estudiar y después, llegué a trabajar a Petróleos Mexicanos”, dijo a Águilas Monumental.

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Al final, prefirió los encordados y está cierto de que uno de los factores fundamentales para haber tomado esa decisión tiene que ver con los aficionados, el cariño que el luchador recibe de ellos y la cercanía que tienen a diferencia de los futbolistas, quienes son más distantes de sus seguidores en los estadios.

LA DIFERENCIA ENTRE FUTBOLISTA Y LUCHADOR PARA OCTAGÓN

“Pienso yo que la diferencia es que el futbolista no tiene contacto directamente con el público como nosotros en las arenas. Yo creo que esa puede ser la gran diferencia, sentir a la gente muy de cerca como te apoyan y te gritan. Eso hace la pequeña gran diferencia entre ser un futbolista y un luchador profesional”, sentenció.