El Club América pierde a su capitán en el tramo más caliente. En las últimas horas trascendió que Álvaro Fidalgo no jugará los dos partidos restantes de la fase regular y el cuerpo técnico decidió preservarlo para llegar con garantías a la Liguilla.
La noticia golpea por el momento, pero tiene un matiz clave: no se trata de una lesión aguda ni de una recaída muscular. Detrás hay una condición congénita que explica el dolor y la inflamación que encendieron las alarmas ante Mazatlán.
¿Qué padece Fidalgo y por qué el América decidió frenarlo ahora?
Tras el empate más reciente, Álvaro Fidalgo atendió zona mixta y puso claridad: lo que lo incomoda no es una lesión nueva, sino una rótula bipartita, una variación anatómica en la que la rótula no se fusiona por completo durante el desarrollo. En partidos de alta exigencia, esa particularidad puede detonar dolor, sensibilidad y rigidez, sobre todo en esfuerzos con cambios de ritmo, saltos o flexiones profundas.
Con ese diagnóstico, el cuerpo técnico y el área médica optaron por una decisión conservadora: pausa competitiva inmediata. El plan es simple y estratégico: descanso, desinflamación y ajuste de cargas para que el mediocampista llegue a la Liguilla en la mejor versión posible, reduciendo riesgos de reagudización en el corto plazo.
En lo deportivo, el impacto es evidente. América deberá gestionar dos juegos sin su metrónomo. La lectura puertas adentro es clara: perderlo un par de semanas vale si el retorno es pleno para los cuartos de final. La apuesta es de gestión y timing: minimizar el dolor hoy para maximizar influencia cuando más cuenta.
