Decepción. Impotencia. Frustración. La lista de adjetivos para describir todo lo que siente la afición del América es tan grande como los espacios que dejó el equipo en el Clásico Joven ante Cruz Azul. El futbol no responde y los festejos por el Bicampeonato ya quedaron muy atrás en el recuerdo.
Sí, estamos en crisis.
Y no tiene nada de malo decirlo, al contrario: negar la crisis solo nos lleva a realizar un diagnóstico errado de la situación y por ende, aleja al equipo de conseguir una solución. Es necesario entender y asumir que el América no atraviesa una mala racha circunstancial. Es mucho más que eso.
América viene de quedar fuera de la Leagues Cup, una competición en la que estaban depositadas las esperanzas de todos. Y la eliminación se produjo tras caer ante un Colorado Rapids muy inferior, lo cual claramente representa un golpe psicológico del que el equipo todavía no se ha recuperado.
El regreso a la Liga MX no pudo ser peor: las Águilas cayeron ante Puebla y ahora sufrieron una goleada de escándalo contra Cruz Azul en el Clásico Joven, lo cual deja al América en el puesto 12 de la tabla general de la Liga MX. Y mientras todo esto sucede, el futbol no aparece en el equipo de André Jardine.
Negar la crisis es sinónimo de bajar los estándares de exigencia del América. Y sí, por supuesto que las derrotas se magnifican por tratarse de las Águilas, como bien lo dijo Henry Martín. Pero es porque se trata del más grande de la Liga MX, y eso no solo va de títulos, sino también de mentalidad ganadora.
Por eso hay que repetirlo: sí, estamos en crisis. Y saldremos de ella.