“Yo defiendo todos los intereses del América y con todo el respeto para la Selección Mexicana, no estamos aquí para formar jugadores”.
La frase de André Jardine retumbó en la sala de prensa del América. Y aunque parece una posición egoísta que poco contribuye al desarrollo de la Liga MX, lo cierto es que el modelo de las Águilas es precisamente el que tanto se necesita para promover el ascenso de los talentos emergentes de las fuerzas básicas.
Para la temporada en curso se realizaron algunos cambios, siendo la Regla de Menores uno de las más importantes. La Liga MX considera que si los clubes otorgan más minutos a las jóvenes promesas, entonces la Selección Mexicana podría realizar el recambio generacional que tanto necesita en este ciclo.
América está lejos de cumplir con la cuota de minutos que exige la Liga MX para la fase regular del Apertura 2024: las Águilas suman 638.4 minutos hasta este momento, por lo que deben otorgar 361.6 minutos a jugadores menores de 23 años en los seis partidos restantes en esta instancia del torneo.
Esto se interpreta como un decepcionante aporte del América al desarrollo del futbol mexicano, pues hay equipos que cumplieron con la cuota sin ningún tipo de inconvenientes. Sin embargo, el planteamiento de que más minutos para los talentos es sinónimo de crecimiento, es simplemente un error de diagnóstico.
El talento no se decreta
Para nadie es un secreto que el recambio generacional fue el eje central del proyecto de la Selección Mexicana para el Mundial 2026. La llega de Jaime Lozano al banquillo se produjo con esa intención, pues claramente parecía el entrenador ideal para abrirle paso a las jóvenes figuras.
Es por eso que el Jimmy llevó a cabo una renovación sin precedentes en el Tri, considerando a los jugadores más por su edad que por su calidad. Y con esa idea se intentó competir en la Copa América 2024, donde la Selección sufrió el mayor fracaso de los últimos tiempos a nivel continental.
El Tri llegó al certamen con un promedio de edad de 26 años en su plantilla, lo cual parecía un número ideal para los intereses del proyecto. Pero esto no tuvo nada que ver con lo que sucedió en el rectángulo de juego, donde el equipo dio muestras de profundas limitaciones y la ausencia de total de una idea.
Y como en la derrota siempre hay que buscar un culpable, inmediatamente se señaló a los clubes de la Liga MX que apuestan por extranjeros, como lo es el América. Pero esto no tiene que ver con la realidad del Tri, pues las estrellas que vienen de otros países son las que aumentan el nivel competitivo del torneo.
Jugar no es un derecho, es un premio que se conquista
La competencia es crecimiento. Y no hay nada mejor para una joven promesa que tener referentes de peso, exigirse para mejorar cada día y pelear por tener oportunidades en el primer equipo. Ese es el camino para un recambio exitoso, pues en ninguna liga de elite se exige a los clubes brindar oportunidades por el simple hecho de ser un Sub 23.
El extranjero, lejos de ser un agente disruptivo en el de desarrollo de los talentos emergentes, tiene un rol muy importante que puede beneficiar a la Selección. Y esta lógica se ha aplicado en competiciones como la Premier League, Bundesliga o La Liga: si los jóvenes juegan todas las semanas contra los mejores, podrán explotar su potencial y dar el salto a la Selección.
Estas ligas, de países que son potencias futbolísticas, no alcanzaron ese nivel estableciendo mínimos de minutos a los talentos emergentes. Los directores técnicos entienden que el desarrollo del jugador no es un proceso lineal y cada caso es una realidad distinta, por lo que hay que manejarlo de forma progresiva.
Las selecciones de dichos países son consecuencia de ligas competitivas, donde se abraza la exigencia que representan los fichajes de estrellas de cualquier nacionalidad. El extranjero no es el enemigo, todo lo contrario: es un aliado que puede ayudar en la formación de los prospectos.
La anécdota de Pável Pardo y Khedira
Pável Pardo es uno de los mexicanos más importantes que ha exportado la Liga MX a Europa. El ex América tuvo un paso histórico con el Stuttgart, donde no solo se consagró campeón de la Bundesliga, sino que además tuvo un papel decisivo en la formación de Sami Khedira.
El mexicano, quien hoy es uno de los embajadores de la Bundesliga, influyó mucho en los primeros pasos del ex mediocampista alemán. “Cuando empecé a jugar en el Stuttgart, aprendí mucho de Pável Pardo en los equipos juveniles”, confesó Sami Khedira hace cuatro años.
Sobre las declaraciones del alemán, Pável Pardo relató un poco cómo era su convivencia con los jóvenes talentos del Stuttgart. “Me toma de sorpresa que lo declare, porque intenté ayudarlo a él (…) intentar dejar un legado que fuera benéfico y que fuera aprovechado por los jóvenes”.
“Me gustaba hablar mucho con los compañeros y decirles cómo los veía tácticamente y cómo podíamos mejorar y le daba algunas opiniones. Él tenía 17 y yo 30 años“, expresó Pável Pardo, quien siendo mexicano sumó mucho al futbol alemán con su influencia sobre Sami Khedira.
Pável Pardo, además, considera que debe haber un cambio de mentalidad en los jugadores y pelear por un puesto, en lugar de culpar al extranjero. “El otro día estaba hablando con Fernando Hierro en Guadalajara, hablábamos y coincidimos que siempre el mexicano tiene un pretexto, que si es el extranjero, el técnico o la directiva y no dicen que se hacen responsable de cómo ser mejores, no veo esa mentalidad”, dijo a ESPN.
América es el camino
Aunque América está lejos de cumplir con la cuota que exige la Liga MX para la Regla de Menores, lo cierto es que el club trabaja en la dirección correcta. Y es que esos 638.4 minutos que suma en jugadores Sub 23 valen oro, mucho más que lo que pudo aportar otro club que ya llegó a los 1000 minutos.
Las Águilas le han brindado oportunidades a varios talentos en el Apertura 2024, como Ramón Juárez, Miguel Vázquez o Dagoberto Espinoza. Pero no con la idea de sumar minutos para la Regla de Menores, sino por las soluciones que estos jóvenes le ofrecen a los problemas que atraviesa el América.
Y es que el club tiene una ecuación distinta a la de la Liga MX: no son buenos porque juegan; juegan porque son buenos. Es en ese punto en el que inicia el proceso de desarrollo de estos futbolistas que tienen un enorme futuro por delante, pero desde ya deben aprender a pelear por un puesto.
La posición de André Jardine puede parecer egoísta, pero en el fondo es lo que necesita la Liga MX: clubes que consoliden proyectos competitivos y cultiven una mentalidad ganadora. Un talento que crezca en un entorno como este, no puede tener otro destino que Europa y la Selección Mexicana.