En 1984, América derrotaba 3-1 a Chivas en la llamada Final del Siglo y se coronaba campeón. En la previa al Clásico Nacional de mañana a las 19 en el estadio Omnilife, nada mejor que recordar aquel duelo histórico que el Azulcrema le ganó al Rebaño el 10 de junio de 1984, hace ya casi 30 años. Esa es, aún hoy, la final más recordada en la historia del fútbol mexicano, que terminó con la memorable consagración de Las Águilas frente a su rival de toda la vida. Realmente inolvidable. Un año antes se habían enfrentado en la semifinal de la temporada 1982-83: si bien el equipo ganó 2-1 en el estadio Jalisco y parecía que eliminaba al conjunto de Guadalajara, en la vuelta en el Azteca la victoria fue visitante por 3-0 y los Rojiblancos avanzaron a la final. Por supuesto, allí nació el mayor deseo de revancha de Las Águilas y la misma llegaría tan sólo una temporada después. El 7 de junio de 1984 se jugó el encuentro de ida, que se demoró un poco por la lluvia. Allí, fue empate 2-2 en el Jalisco: si bienLas Águilas se fueron arriba con golesdeCarlos Hermosillo y de Mario Trejo, las Chivas reaccionaron gracias a Eduardo y a Néstor de la Torre y empataron el Clásico cuando ya parecía que lo tenían perdido. Tres días más tarde, en el Azteca, el domingo 10 de junio de 1984, todo indicaba que la alegría iba a quedar del lado visitante: cuando apenas iban 26 minutos, se fue expulsado Armando Manzo. Para colmo de males, a los 41, el árbitro Antonio Márquez sancionó penal para Chivas, pero allí apareció el gran Héctor Zelada: se lo tapó a Eduardo Cisneros y se metió en la historia grande de la institución. Las circunstancias, con un hombre menos, llevaban a pensar en una derrota, pero el Azulcrema no se iba a achicar ni mucho menos… En el descanso, el estratega Carlos Reinoso se la jugó: sacó a Gustavo Echanis y puso a Eduardo Bacas. Y no le podría haber salido mejor, ya que a los pocos minutos el mediocampista la metió entre las piernas de Celestino Morales y puso el 1-0. Las gradas deliraban y el equipo crecía. Diez minutos más tarde, Javier Aguirre se la bajó de cabeza al “Capitán Furia” Alfredo Tena, quien estampó el 2-0. Cuando todo ya parecía definido, el sufrimiento se iba a adueñar de los corazones americanistas: luego de un error de Vinicio Bravo, Fernando Quirarte marcó el 1-2, de penal. La tensión y el dramatismo dominaban la escena. Todo era incierto. Pero Aguirre pasó a ser el héroe en el minuto final, como en las películas: realizó una jugada espectacular y, de zurda, anotó el 3-1 definitivo que significó el título Azulcrema ante su más odiado rival. Pese a jugar más de 65 minutos con un hombre menos, Las Águilas demostraron quién es el más grande del país. Aquella formación titular comandada por Reinoso, que quedará siempre en la historia de la institución, estuvo integrada por:Zelada; Trejo, Bravo, Tena, Manzo; Ortega Martínez, Carlos Alberto de los Cobos Martínez, Aguirre, Daniel Brailovsky; Hermosillo y Echaniz. Simplemente, muchísimas gracias a todos ellos por aquella gesta inolvidable, tan bien llamada La Final del Siglo. Recuerda la heroica Final del Siglo ganada en 1984 sobre Chivas: