Muy enojado y molesto por la actitud del árbitro Jaime Herrera, en la derrota del sábado frente al Pachuca, el entrenador del América fue al vestidor de los jueces para intentar hablar con el silbante y hacerle saber su opinión acerca de lo que fueron las polémicas del encuentro. El enojo de Jesús Ramírez parte de la expulsión de Daniel Montenegro y, sobre todo, del penal no sancionado que le cometieron a Salvador Cabañas al final del partido, lo que hubiera permitido la igualdad de las Águilas. Al no tener respuesta de Herrera, Chucho increpó a Víctor Garza, comisario del encuentro: “Espero que no cometan ninguna injusticia”, dijo el DT, quien no brindó conferencia de prensa y no habló con los periodistas que aguardaban su palabra. Redacción AméricaMonumental.com Foto: Mexsport.