Marchesín, Ibarra y Goltz fueron los únicos que estuvieron a la altura en el Clásico Nacional.
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La producción de América en Guadalajara estuvo acorde a lo que venía siendo este 2017: paupérrima. Nunca encontró el funcionamiento, fue superado por el local, perdió y encima pudo haber sido peor, ya que la expulsión de Miguel Samudio lo expuso a jugar 40 minutos con un hombre menos.
Marche salvó la goleada; Renato y Paolo pusieron muchas ganas.
De no haber sido por Agustín Marchesín, el más grande podría haberse llevado una catastrófica e histórica goleada del Estadio Chivas. El portero, con sus paradas, fue el mejor azulcrema por escándalo. Un poco más abajo en el nivel estuvieron Paolo Goltz, el único que apagó de vez en cuando los incendios en una defensa que flaqueó, y Renato Ibarra, con sus constantes intentos y desbordes por derecha. Al menos estos tres le metieron ganas…
Los otros once que jugaron parecen no haber entrado directamente al campo de juego… De terror.