El América, después de la desafortunada derrota en el Clásico y de sumar su cuarto partido sin ganar, quedó en una situación comprometida en la que está obligado a tener un estupendo cierre de torneo para intentar salvar el semestre, de lo contrario, probablemente estaremos en presencia del fin de otro ciclo que terminaría lejos del éxito. Tanto el equipo como la institución que representan la pasión de millones de americanistas, han quedado nuevamente al borde de un fracasoqueprobablemente movería bruscamente las aguas en las que ha navegado el club durante los últimos tiempos. La afición de las Águilas ha pasado por muchas penas, para no ir más lejos,desde que comenzó el 2010, en el que prácticamente sólo se rescatan un par degoleadas (al San Luis y al Querétaro) y la ya infaltable victoria sobre Cruz Azul. Fuera de ello, el andar de los azulcremas en este año mundialista ha sido más frustrante que otra cosa. Yno nos referimos únicamente a lo que ha pasado dentro de la cancha, en la que destacan la pérdida del boleto a la Copa Libertadores y derrotas imperdonables como la del domingo en el Jalisco,sino también otras situaciones comola contratación derefuerzos de segunda categoría,el lamentablecaso Cabañas yalgunaslesiones que han sufrido elementos importantes del equipo, a lo que se le puede sumar el hasta ahora inexplicable bajón que ha tenido el guardameta nacional en las últimas semanas. De todo esto, sólo lo de Cabañas y las lesiones son cosas que escapan a la voluntad de cualquier técnico o cualquier directivo, sin embargo, en el resto de los casos están todos involucrados, junto con los propios jugadores, claro está. Es por eso que todos los que componen al club, jugadores, cuerpo técnico, directiva y aquí por supuesto que incluimos a los aficionados y a los medios que cubrimos y vivimos por este fenómeno tan grande llamado América, tienen ante sí una simple misión de aquí a que se defina el destino del América en este semestre: Sobrevivir o morir peleando. Quedan cuatro semanas para el final de la fase regular del torneo, cuatro rivales que no son fáciles, cuatro partidos en los que todos los que están involucrados de alguna manera con el americanismo, deberán entregar lo mejor de sí mismos para quecuando esto haya terminado, podamos mirar la tablapara ver si fue suficiente, o si nos vamos “de vacaciones” antes de tiempo. Si con eso alcanza para sobrevivir en el torneo, entonces la liguilla le brindará al club una nueva oportunidad de arrancar desde cero, prácticamente con las mismas posibilidades que otros siete equipos más para llevarse el título del futbol mexicano. Por el contrario, si al terminar la fecha 17 del Bicentenario las Águilas no aparecen dentro de los ocho invitados a la “Fiesta Grande”, será momento de detenerse a hacer un análisis exhaustivo de lo que se hizo bien, de lo que se hizo mal, de lo que tiene que continuar y de lo que tiene que cambiar en Coapa. Mientras ese momento llega, lo único que nos queda a todos es, repetimos, sobrevivir o morir peleando. Tu opinión es la que cuenta, compártela con nosotros. Artemio Flores, Director Editorial de AméricaMonumental.com Foto: Mexsport