Los peores temores de la afición del Club América comienzan a hacerse realidad. Desde la llegada de Santiago Baños a la presidencia deportiva en 2017, los mercados de fichajes del club se han caracterizado por la lentitud y por dejar escapar nombres clave. Y hoy, ese patrón vuelve a repetirse con Agustín Palavecino, el mediocampista que parecía ser la prioridad absoluta rumbo al Clausura 2026.
Aunque el América lo ha seguido por meses y ya había intentado ficharlo para el Apertura 2025, el escenario ha dado un vuelco inesperado. Todo indica que Cruz Azul está más cerca de arrebatárselo que las Águilas de cerrarlo, un golpe que encendería la frustración de la afición. La gran pregunta ahora es inevitable: ¿cómo se dejó escapar un fichaje que parecía encaminado?
¿Por qué el América no ha podido cerrar la contratación de Agustín Palavecino?
El principal factor es la lentitud estructural de la directiva azulcrema. A pesar de tener la prioridad definida, Baños ha seguido aplicando el modelo de gestión que lo ha caracterizado: movimientos tardíos, negociaciones prolongadas y una cautela extrema para invertir. Esa forma de operar, que ha generado fuertes críticas durante casi una década, vuelve a pasar factura.
A esto se suma la política interna del club: no hay grandes inversiones si no hay salidas. El América no ha liberado plazas de extranjero, no ha concretado ventas significativas y mantiene un control financiero rígido. Sin espacio en el plantel ni margen económico, cualquier refuerzo queda congelado sin importar cuánto interese.
Mientras tanto, Cruz Azul avanza con decisión y podría cerrar al mediocampista antes que el propio América, aunque este último llevaba meses de ventaja. Si se confirma, representaría otro episodio incómodo en la gestión de Baños y una advertencia seria sobre cómo el club está compitiendo en el mercado.
