Desde el 17 de diciembre, el Club América regresó a Coapa para iniciar la pretemporada del Clausura 2026 en medio de un ambiente pesado. Después de un 2025 sin títulos, el equipo llega con deudas claras con la afición y con la obligación de responder desde el primer día, no con discursos.
Y aunque el mercado de fichajes sigue generando dudas, dentro del vestidor buscan dar una señal distinta. La pretemporada no arrancó “normal”: el club está apretando el ritmo y dejando un mensaje que apunta directo al objetivo del próximo torneo.
La exigencia interna que América ya está mostrando antes de que llegue el Clausura 2026
A través de sus redes sociales, el propio América ha compartido que el equipo está trabajando con dobles sesiones diarias durante varios días de esta pretemporada. No es un detalle menor: habla de una preparación intensa, de carga física fuerte y de un intento claro por cambiar la inercia con trabajo.
La lectura en Coapa es simple: el cuerpo técnico quiere que el equipo llegue con otro fondo físico y otra mentalidad, especialmente después de un año donde las expectativas fueron altas y el cierre dejó más frustración que celebración.
Sin embargo, el compromiso no puede quedarse solo en la cancha. Para que esta pretemporada tenga impacto real, el club necesita que la directiva acompañe el plan: refuerzos puntuales, salidas de futbolistas que ya no entran en el proyecto y decisiones firmes para que Jardine trabaje con un plantel alineado.
El americanismo lo ve claro: entrenar doble es una señal, pero no es la solución completa. La pretemporada puede marcar el tono, sí, pero el Clausura 2026 se ganará con un equipo mejor armado. Y esa parte ya no depende solo de los que corren en Coapa.
