Tras el empate sin goles de la Selección Mexicana ante Uruguay en Torreón, el debate no se quedó en la cancha. Más que el funcionamiento del equipo de Javier Aguirre, las miradas se fueron a las reacciones de dos de sus líderes y canteranos del América: Edson Álvarez y Raúl Jiménez, molestos por los abucheos e insultos que cayeron desde la tribuna.

Ambos admitieron que dolía escuchar cómo la propia afición atacaba a la Selección y a algunos jugadores en particular, abriendo de nuevo la discusión sobre dónde termina la crítica y dónde empieza la falta de respeto. En medio de la tormenta mediática, el foco se movió inevitablemente hacia el técnico del Tri.

Aguirre señala a Edson y Raúl por sus comentarios

En la previa del amistoso contra Paraguay, Aguirre fue cuestionado directamente por las palabras de Edson y Raúl. Lejos de esquivar el tema, el entrenador lanzó un mensaje firme hacia su vestidor, recordándoles el tipo de escenario en el que viven y lo que implica portar la camiseta de México.

“El que no acepte la crítica y no esté preparado para ser sometido al juicio público, no sirve para esto…”, sentenció el estratega, dejando claro que aplausos y abucheos forman parte del mismo paquete. Su postura se leyó como un jalón de orejas interno, pero también como una defensa del derecho de la gente a manifestarse en la grada.

De fondo queda una realidad incómoda: la relación entre Selección y afición lleva años tensionada y cada concentración reabre la herida. Lo que ocurra ante Paraguay, en el cierre del año, marcará si este episodio se queda solo en declaraciones o termina influyendo en el ambiente rumbo al Mundial de 2026, con dos referentes surgidos del América en el centro de la conversación.