En Coapa ya se empieza a mover el tablero rumbo al Clausura 2026 y hay dos nombres que hoy aparecen como las primeras salidas para liberar plazas de extranjero: Igor Lichnovsky y Víctor Dávila.

En redes, parte del americanismo lo tomó como “noticia positiva”, pero antes de darlo por hecho hay un punto que cambia por completo el panorama. Porque una cosa es querer mover piezas, y otra muy distinta es que la operación sea viable en el mercado real.

La razón que puede trabar las salidas de Lichnovsky y Dávila

La directiva del América no estaría tomando esta ruta por capricho: liberar cupos de extranjero es una necesidad táctica para construir un plantel más competitivo. Por eso, Lichnovsky y Dávila aparecen como los principales candidatos a dejar la plantilla.

El problema es que no sería la primera vez que el club intenta acomodarlos en otro equipo. En el pasado, ya hubo intentos de salida y la historia se atoró por un factor que pocos mencionan cuando celebran “las bajas”: las condiciones económicas.

De acuerdo con el medio Salary Sport, Igor Lichnovsky rondaría los 1.2 millones de dólares al año, mientras que el sueldo de Víctor Dávila también superaría el millón anual. Números que, en la Liga MX, muy pocos clubes pueden asumir sin pestañear, y menos por jugadores que hoy generan debate por su rendimiento.

Si no aparece un destino dispuesto a igualar esas cifras, el escenario se vuelve incómodo: o el América absorbe parte del costo, o los jugadores no tendrían incentivo para moverse. Y ahí es donde una decisión “cantada” puede convertirse en un tema que se alarga más de lo que la afición espera.