El Club América tiene en la figura de Alfredo Tena a uno de sus más grandes referentes históricos. Imaginar a la institución sin su presencia es imposible por todo lo que dejó marcado en Coapa y viceversa, ya que las Águilas son parte de él, comparte hasta la fecha su sentimiento por el equipo, mismo que define como una manera de vivir con el cual se ríe y se llora.
“Se convirtió en un estilo de vida. Tengo tantos años ya en el club que se convirtió en un estilo de vida; lo sufres, lo padeces o lo disfrutas mucho. Influyen mucho los resultados en el estado de ánimo de un americanista para la semana y eso lo convierte en un modus vivendi. Es un modo de vida, es mi segunda casa. Contento de haber estado ahí tantos años”, dijo el Capitán Furia al momento de iniciar su plática con Águilas Monumental.
Hoy que los cremas estan de fiesta por los 106 años de haberse fundado, Tena se sabe una leyenda viviente del club. Los aficionados de diferentes generaciones lo reconocen como un referente absoluto del ave y esto es algo que lo enorgullece por todo lo que tuvo que enfrentar para alcanzar el estatus que hoy tiene para el americanismo.
“Es un orgullo. Lo digo sanamente porque yo tuve que trabajar mucho para llegar a Primera División, yo no nací con talento nato, tuve que ponerme a trabajar el doble, me quedaba a trabajar más tiempo, llegaba temprano al gimnasio, no tenía la calidad de otros y me costó trabajo llegar. Haber jugado más de 500 partidos en la institución tiene su mérito. Se siente bien, es halagador porque es el equipo con más títulos y ser un referente de la institución es halagador”, compartió.
SUS INICIOS EN AMÉRICA
17 fueron los años que Tena estuvo con América. Hizo el proceso desde las divisiones inferiores y no paró hasta llegar a Primera División. Sin embargo, todo ese camino andado tuvo un inicio, mismo que vio lugar en el Centro Asturiano, tal como el propio Capi Furia rememoró con lujo de detalle para este sitio.
“Yo jugaba en el Centro Asturiano y ahí había visores del club. Me vieron jugar y me invitaron a probarme, llegué a la primera juvenil en el año de 1970, tenía 14 años. Llegamos a las canchas viejas, ni siquiera era Coapa todavía, eran unas canchas que estaban en Calzada de Tlalpan y ahora son agencias de automóviles. Llegué, me probaron, me dijeron que siguiera entrenando, que todavía no me iban a registrar y al cabo del tiempo convencí al entrenador, como a las tres semanas me registraron para poder jugar en Primera Juvenil y de ahí para adelante seguí por las divisiones inferiores hasta que me subieron a Primera División”, relató.
Cuando Alfredo comenzó su andar en el Nido, veía como en el primer equipo jugaban figuras de la talla de Carlos Reinoso, Enrique Borja, Roberto Hodge, Osvaldo Castro Pata Bendita, entre otros. A decir suyo, todos eran sus ídolos y se colaba a sus entrenamientos, además de irlos a ver jugar al Estadio Azteca, donde años más tarde compartiría cancha con ellos.
“Primero, eran mis ídolos. Cuando yo llego a primera juvenil ellos estaban en primer equipo y a veces me quedaba o me colaba a verlos entrenar. Me hice muy afín a verlos jugar porque en la primera juvenil nos regalaban un boleto cada jugador para poder ir al estadio. Llegábamos, veíamos a la reserva y al primer equipo. Con el paso de los años fueron mis compañeros, cuando subí al primer equipo estaban ellos en Primera División. Jugué con Borja, Reinoso, Pata Bendita. Me tocó convivir con ellos y aprender el americanismo de ellos. Jugadores muy competitivos, de mucha calidad, mucho pundonor, competitivos, ganadores y todo eso se lo transmitían a los jóvenes que llegamos en esos años, como Vinicio (Bravo), Cristóbal (Ortega), Mario (Trejo) y yo, que llegamos al primer equipo y convivíamos con ellos”, apuntó.
SU INFLUENCIA EN EL NIDO
Normalmente, cuando los referentes históricos de América hablan del club, todos coinciden en que Alfredo Tena influía en ellos. Desde exigirle a sus compañeros de generación, así como enseñar e inculcar el americanismo y sus exigencias a refuerzos tanto nacionales como extranjeros. El eterno camiseta 4 americanista lejos de alardear de eso, considera que es algo que permea desde lo que otros le enseñaron a él cuando era juvenil y que trató de transmitir hacia sus compañeros.
“Yo creo que influyo porque tenía el ejemplo de los grandes jugadores que arrancaron este neo americanismo. En el 80 yo ya no era tan jovencito, tenía algunos años en Primera División y llegué en un momento consolidado a la par de Mario (Trejo), Cristóbal (Ortega), Vinicio (Bravo); ya estaba Zelada, estaba Batata. No es que yo haya influido mucho, toda la base de mexicanos ya estábamos consolidados y encontramos a extranjeros de muy buena calidad, estaban Zelada y Batata, Zizinho, llegaron Outes y Lalo Bacas. Juntando a esos jugadores con los que ya estábamos ahí, se hizo un gran equipo. Cuando se va Toño de la Torre, el Maestro Reinoso me hizo capitán y llevaba el gafete, pero no necesitábamos capitán, todo mundo era líder y sabía de qué se trataba el equipo, todos hacían su trabajo. Yo fui capitán del 81, pero realmente no ejercía como tal, todos sabían que hacer”, dijo.
EL ORIGEN DEL CAPITÁN FURIA
Con el paso del tiempo, Alfredo Tena dejó un poco el nombre para hacer suyo el mote de Capitán Furia. Este apodo fue puesto por el periodista Fernando Schwartz según lo comentado por el propio ex americanista, pero tomó fuerza cuando Enrique Bermúdez se lo decía en las transmisiones de las Águilas.
“Me lo puso Fernando Schwartz, fue el primero al que yo se lo escuché. El Perro Bermúdez lo escuchó y él fue el que se volvió el comentarista principal de América, entonces lo hizo famoso a lo largo de los 80’s, pero Bermúdez lo difundió. Me daba igual, pero a lo largo de los años me acostumbré, ya no me decían Alfredo, sino Capi o Capi Furia. Me acostumbré y vivo con eso”, sentenció.
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