América es un equipo que a lo largo de su historia se ha dedicado a coleccionar momentos llenos de épica en los que parecía estar derrotado y termina por sobreponerse a la adversidad aún en los escenarios menos pensados para finalmente salir avante de sus enfrentamientos, ya sea a nivel nacional o en torneos fuera de nuestro país.

La Copa Libertadores es uno de los torneos de clubes más prestigiosos en los que los azulcremas han participado, y aunque no pudieron ganarla, tuvieron participaciones destacadas donde sorprendieron a todo el continente con sus actuaciones, una de ellas en Brasil un día como hoy, pero del año 2008.

Las Águilas atravesaban una de sus crisis deportivas más importantes en sus 105 años de existencia. Terminaron últimos en el torneo local, mientras que en la Libertadores lograron meterse de forma apretada a los Octavos de Final tras avanzar en un grupo que compartieron con River Plate, Universidad Católica y Universidad de San Martín.

El rival para los Millonetas en la primera ronda de eliminación directa fue Flamengo. El conjunto brasileño era uno de los favoritos a ganar el certamen y afirmaron dicha etiqueta cuando en el partido de Ida celebrado en el Estadio Azteca se impusieron por un contundente marcador de 4-2 que sirvió para que Rubén Omar Romano dejara el banquillo de Coapa.

EL MARACANAZO DE AMÉRICA

Para el 7 de mayo del 2008, América se metió a la cancha del Estadio Maracaná para un partido que para muchos parecía de mero trámite. Juan Antonio Luna había asumido en la dirección técnica y antes del viaje a Brasil, fue muy claro al decir que era muy complicado pensar en una remontada, pero la historia preparaba algo distinto.

La hazaña americanista destacó en los diarios nacionales.

Con base en el orden defensivo y la contundencia, las Águilas enfriaron a los torcedores del Mengão. Salvador Cabañas y Enrique Esqueda marcaron las dos primeras anotaciones que mandaban al descanso a los de Coapa con la esperanza de hacer la hombrada en el complemento.

Al minuto 77, cuando el juego se hacía maduro, una falta se señaló a unos metros del área del Fla. La distancia parecía lejana, pero Salvador Cabañas fue directo, pateó con potencia y se encontró con un desvío de la barrera que le cambió la trayectoria del esférico al portero Bruno, que nada pudo hacer para evitar la caída de su puerta.

Lo que parecía imposible, América lo logró. Dio la campanada del torneo al remontar una desventaja de tres goles para luego enfrentar a Santos de Brasil en Cuartos de Final, eliminarlo y finalmente, caer ante la Liga Deportiva Universitaria de Quito en una Semifinal que se definió por el criterio del gol de visitante.

Hoy, los equipos mexicanos no participan más en la Copa Libertadores, pero el recuerdo de las hazañas de América en dicho certamen siguen vivas en la memoria de su gente.

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