Santiago Naveda es uno de los últimos elementos formados en las divisiones inferiores del Club América que logró dar el salto al futbol de Europa. Hoy, el joven mediocampista se desarrolla en el futbol de Polonia, donde ha tenido buenos registros individuales e incluso anotó su primer gol con la camiseta de Miedz Legnika.
Ahora que se encuentra en el viejo continente, Naveda compartió su punto de vista con respecto al desarrollo del futbolista mexicano y consideró que, muchas veces, el jugador en nuestro país peca de conformista debido a que hay un buen nivel competitivo, pero hace falta más profesionalismo para tener más crecimiento.
“La mentalidad del jugador mexicano es un poco conservadora. Pocos son los jóvenes mexicanos que cumplen un objetivo y tienen hambre de conseguir otro o de ir por más. Siento que el jugador mexicano es conformista, falta cambiar ese chip. Talento hay de sobra. Se ha demostrado que se le puede competir en Selección Nacional a cualquier rival. Creo que el jugador mexicano llega a ser un poco conformista. La comparación de las selecciones europeas, la disciplina que tienen es muy diferente a lo que acostumbra el jugador mexicano. Es lo que hay que cambiar, ser mucho más profesionales. El fútbol hoy en día ha cambiado mucho, no solo es ir a entrenar dos horas, tienes que estar dedicado 24/7 con tus alimentos, preparación post entrenamiento, gimnasio, coaching mental, coaching táctico. Tienes que estar muy preparado y siempre te va a venir muy bien. Si el jugador mexicano tiene esa hambre de salir adelante, sobresalir, ser mucho más profesional, explotaría mucho más”, expresó en entrevista con Jóvenes Futbolistas MX.
En ese mismo sentido, Santiago se refirió a los sacrificios que hizo y el trabajo que le costó llegar a la Primera División con América, equipo del cual destacó la exigencia que impera desde las Fuerzas Básicas y la presión con la que crecen a sabiendas de que cada seis meses viene un recorte de jugadores en el que cualquiera se puede ir.
EL DIFÍCIL PROCESO DE NAVEDA
“En el camino van surgiendo complicaciones. Sí el combinar estudios con ir a entrenar, me costó bastante. Aparte, yo vivía a una hora del club, hacía ese traslado diario. Combinar la escuela con el fútbol fue difícil porque tenía que ir a la escuela, salirme rápido, comer a veces en el coche, llegar al club, entrenar y de regreso, hacer tareas. Sí fue bastante complicado. Estar en el Club América, siempre van a estar los mejores de México, tienes mucha competencia y te exige estar al máximo. Cada seis meses había recorte y tres o cuatro jugadores los corrían. Era cada seis meses estar con esa incertidumbre si vas a seguir”, cerró.
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