En el Volcán, al América le pegaron temprano: al 5’ ya iba abajo y las dudas volvían a rondar a Malagón. Pero el tricampeón no se quebró. Ajustó, compitió y encendió la remontada que silenció San Nicolás con carácter, cabeza fría y futbol.

El envión azulcrema tuvo nombres propios: doblete de Erick Sánchez, presión que empujó al autogol de Nahuel Guzmán y una atajada salvadora de Malagón, pero también un detalle clave: la voz de mando de Álvaro Fidalgo en plena batalla.

El ‘cooling break’ y la charla de capitán que ordenó a las Águilas

Con el partido detenido por hidratación, Fidalgo reunió a sus compañeros y, brazalete mediante, repartió ajustes como un DT dentro del campo. Hizo gestos de los movimientos del partido, señaló acciones que podrían hacer, y al final, todo dio resultado.

Desde ahí, el América empezó a morder arriba con Zendejas y Brian, Borja ganó metros por fuera y Sánchez encontró las recepciones limpias entre líneas. La pizarra sobre el césped se notó: el equipo de Jardine recuperó el control, golpeó cuando debía y cambió la inercia.

Líder dentro y fuera: ¿qué sigue con su contrato?

Fidalgo es mucho más que distribución fina: es termómetro del vestidor. Con contrato vigente hasta 2026, en Coapa saben que su rol de liderazgo deportivo y emocional se ha vuelto estructural para sostener la idea de Jardine en noches grandes.

A la par del calendario, en el club deberán decidir tiempos y condiciones para blindar a su faro del mediocampo. El presente pide competir; el futuro, asegurar que esa voz de mando siga ordenando al tricampeón cuando las papas queman.