Aunque el Club América llegaba al Clásico Nacional como el menos favorecido, el equipo azulcrema demostró, una vez más, que siempre encuentra la manera de sobreponerse a los momentos difíciles cuando enfrenta a su máximo rival, Chivas.
El Guadalajara llegaba como amplio favorito tras golear a Juárez en su último partido y comenzó el encuentro dominando, creando las mejores oportunidades de gol y poniendo al América en serios problemas. El Rebaño Sagrado llevó el control del partido durante gran parte del primer tiempo, generando varias llegadas peligrosas que obligaron al América a defenderse con todo.
Los rojiblancos pusieron a prueba la resistencia del equipo de André Jardine, pero fallaron en concretar sus oportunidades. Y como dice el viejo adagio del futbol, “el que no las hace, las ve hacer”, el América no tardó en aprovechar su oportunidad para adelantarse en el marcador. Ramón Juárez anotó el gol que puso al frente a las Águilas en este Clásico Nacional del Apertura 2024 de la Liga MX, pero algo llamó la atención: Jardine no celebró el gol.
André Jardine da instrucciones en pleno festejo de gol
Actualmente, pocos en el América están bajo tanta presión como André Jardine, quien ha sido criticado por el irregular desempeño del equipo en este torneo. A pesar de las bajas por lesiones, la afición no ha sido indulgente con el brasileño. Con el gol de Ramón Juárez, uno podría pensar que Jardine se liberaría de algo de esa presión y celebraría la ventaja parcial sobre Chivas, pero no fue así.
En el momento en que Juárez marcó el gol, en lugar de festejar, Jardine optó por tener una breve charla con Néstor Araujo, su experimentado defensor central. Jardine aprovechó ese instante para dar instrucciones a Araujo, ya que el Rebaño había detectado algunas debilidades en su juego y buscaba capitalizarlas. Esta escena mostró el enfoque total del técnico brasileño, que prefirió mantener la calma y seguir concentrado en ajustar el juego defensivo de su equipo en un momento crucial.
La capacidad de Jardine para mantener la serenidad en un momento de euforia como este es algo poco común entre los entrenadores, especialmente en alguien tan apasionado como él. En muchas ocasiones anteriores, se ha visto al técnico celebrar efusivamente los goles de su equipo, pero en este caso, supo priorizar el control táctico del partido para asegurar la ventaja.