“Los enanos nunca crecen” Con una frase de Don José Antonio Roca (q.e.p.d), hoy podemos definir lo que es y lo que ha venido siendo el Clásico Nacional desde hace mucho tiempo. 1-0, al final, el marcador es lo de menos pues se demostraron muchas cosas en esta edición del Clásico. Durante la semana previa, la directiva del Guadalajara le quiso poner el sabor y la pasión que a sus aficionados les hace falta, mientras que en la de América, fue todo lo contrario, se guardó la cordura y no se rebajaron. La afición del América entiende lo que este partido representa, y no porque sea Chivas el rival, sino por toda la tradición que envuelve al Clásico Nacional, ya que desde hace tiempo no tenemos rival, ni dentro, ni fuera de la cancha… Cincomil banderas que salieron del bolsillo de la gente del América, porque aquí nadie nos regala nada, y no queremos que lo hagan, todo lo que hacemos es para y por el América y eso nadie lo puede comprar. Un bonito colorido para recibir al más grande de México, y por más que la federación, la directiva y la policía siga limitándonos, lo único que hacen es explotar nuestra creatividad para meter nuestro material. La semana del Clásico es una semana diferente, pero hay que saberla llevar, dándonos nuestro lugar, y dándole su lugar al rival, la barra sólo piensa en qué va a hacer para ese partido, en esta ocasión fueron las banderas, pero siempre se está innovando, porque América nos sigue desbordando, el día del partido la gente sale de diferentes puntos de la ciudad, toda hacia el mismo destino y con el mismo objetivo, ya en las afueras del estadio, la organización para ingresar el material, la gente está nerviosa y ansiosa a la vez porque las cosas salgan bien. Entrando al partido y después de cumplir el objetivo de ingresar todo el material, empezamos a jugar nuestro partido, aliento los 90 minutos y colorido nos definen, las banderas bien al frente, los bombos y las trompetas sonando, y más de 70 mil personas cantando con nosotros, eso es lo que es América en un Clásico. Desde hace años no tenemos rival enfrente, ya que son gente fría y gris, que sólo sabe apoyar cuando las cosas salen bien, todo lo contrario a nosotros que seguimos siendo los mismos pase lo que pase. Hoy, me siento satisfecho porque se pudo ver lo que es América, ya sea en el campo de juego como en la tribuna. Antes, durante y después del partido demostramos por qué somos la afición más fiel y pasional de México. Al final, quedó claro por qué la gente que es chica, por más que la quieran hacer grande, sigue siendo chica, es notable cómo no nos llegan ni a los talones en ningún aspecto. Club América y su banda de las 5 mil banderas. Por Nicolás Romay, aficionado de las Águilas y colaborador de AméricaMonumental.com Foto: AméricaMonumental