América iba por fortalecer su base y perdió una pieza fundamental.
Como cada que se avecina un Draft, se genera cierta expectativa en torno a América y los movimientos que va a hacer. Conforme transcurren las horas, se espera que se haga un anunció sobre los jugadores azulcremas que llegarán a Coapa para pelear por la Liga. Sin embargo, este régimen de transferencias invernal resultó un mal negocio para las Águilas.
Si bien es cierto que llegaron tres elementos, dos de ellos que no ocuparán plaza de extranjero provenientes desde Tijuana, la operación incluyó la salida de un estandarte del equipo actual: Pablo Aguilar.
En plenitud física y futbolística, el central paraguayo tenía contrato vigente y parecía ser un inamovible, lo cual no fue así. Los cremas perdieron a un defensa todo terreno, fuerte en la marca y con un gran juego aéreo en ofensiva como sello particular.
Aguilar se sentía ya plenamente identificado con la institución y era uno de los consentidos de los aficionados, quienes desaprobaron enérgicamente la operación.
Aunado a esto, se dio una salida ya esperada como la de Miguel Samudio. Curiosamente, la línea de América que cerró mejor el torneo, que fue la defensiva, sufrió más modificaciones.
Sin duda que la vara quedó muy alta para Víctor Aguilera, quien desde este momento será seguido con lupa por los hinchas para ver si es capaz de llenar los zapatos de Pablo Aguilar.