Luego de tanto discurso previo sobre la intención del América de apostar con todo a los dos torneos, el equipo ayer se quedó sin Copa Libertadores y 48 horas después de tal desilusión, se tendrá que jugar la vida para seguir avanzando en la liguilla del Clausura 2011. Polémica, debate y mucho espacio en los diversos medios de comunicación, fue lo que provocó el América en los últimos meses con su doble competencia y su manera de encarar ambas en la primera mitad del año. La historia comenzó desde la pretemporada, cuando entre la directiva y el entonces técnico Manuel Lapuente decidieron reforzar al equipo únicamente con el volante uruguayo Nicolás Olivera, quien hoy es un suplente como cualquier otro, más el regreso al club de Rodrigo Íñigo, quien rara vez es convocado. Esto, ya con pleno conocimiento de que el equipo tendría que competir en el Clausura y la Libertadores. El argumento en aquel entonces fue que no era necesario traer más jugadores de fuera porque había varios jóvenes de las divisiones inferiores que estaban listos para recibir sus oportunidades y muchos minutos, para así equilibrar el desgaste del cuadro base que ya contaba con mayor experiencia. Lapuente ni siquiera llegó a dirigir un partido de la Copa, pues fue despedido luego de la tercera jornada del Clausura, por lo que cuando llegó Reinoso, le preguntamos si compartía la misma idea de darle cabida a los jóvenes ante tantos compromisos y el “Maestro” nos dijo lo siguiente: “Totalmente, o sea, la historia del América indica que tiene que tener muy buenos jugadores surgidos de la cantera y con grandes extranjeros para conseguir títulos, entonces si soy uno de los referentes de América, ¿cómo se me va a olvidar el principio básico? Entonces ya aparecerán todos los chavos que tenemos en nuestras divisiones menores y tendrán la oportunidad de jugar”, comentó Reinoso en exclusiva para AméricaMonumental.com a fines de febrero. La realidad y lo que aconteció después marca que salvo Diego Reyes, quien dicho sea de paso es un jugador notable y con gran futuro, fueron poquísimas, si no es que nulas, las oportunidades que tuvieron los “chavos” del América. En definitiva, Reinoso, en su intención por no despreciar alguno de los dos torneos, realizó una rotación muy corta de un compromiso a otro y nunca se decidió por darle un papel más significativo a los juveniles. Hasta ayer esto le había dado resultados, no brillantes, pero sí aceptables tomando en cuenta que él tomó las riendas del equipo en plena competencia. Sin embargo, ya cuando había manifestado públicamente que el plantel era corto y que seguramente el momento de decidir por uno u otro torneo estaba a punto de llegar, vino la eliminación ante el Santos y con ella la decisión, involuntaria, de apostar “all in” al Clausura. El error se cometió mucho antes de que Reinoso se sentara en el banquillo americanista, aunque el chileno no encontró la manera de corregirlo, pues era de ingenuos, por no decir negligentes, pretender tener aspiraciones reales de conseguir o disputar los dos títulos con un plantel como el que tiene el América. Tu opinión nos interesa, compártela con respeto. Por Artemio Flores, Director Editorial de AméricaMonumental.com Twitter:@Arte_FloresMtz Foto: Mexsport