El hermano asistió al lugar de la concentración de la Selección para estar junto a Oribe en el Mundial. Fue el gran héroe del debut de la Selección en Brasil 2014. Tal vez estaba destinado para serlo: Giovani Dos Santos anotó dos goles válidos que el árbitro le anuló injustamente. Pero más tarde apareció Oribe Peralta, por quien América pagó diez millones de dólares, para estampar el 1-0 que luego sería definitivo. Y clave. El día después, el Hermoso no estuvo solo. Su hermano, Miguel, llegó a la concentración para acompañarlo en uno de los días más felices de su vida. Y dijo: “Estoy feliz por estar acá en Brasil apoyándolo, es una experiencia muy bonita para él y para mí. Estamos muy orgullosos y él está muy feliz de haber marcado el gol de la victoria de México”. En un autobús particular, los familiares de la mayoría de los futbolistas del Tri viajaron para estar con los suyos y darles aliento antes del gran partido contra el local y máximo candidato, Brasil. Ojalá les traigan suerte a todos los americanistas y mexicanos en general.