Dar el salto al primer equipo del América es entrar a otra dimensión: vestidor de figuras, ritmo profesional y un entorno que abruma a más de uno. Para muchos jóvenes que pelearon cada metro en fuerzas básicas, ese cambio trae anécdotas que se quedan para siempre.

Así le ocurrió a un canterano azulcrema: deslumbrado por el estilo de vida de los consolidados, vivió una escena tan épica como torpe al volante. Una historia que hoy resonó de nuevo porque Diario MARCA la rescató de una entrevista previa, dejando claro el origen del relato.

El auto soñado que terminó siendo un reto inesperado

En esa charla rescatada por MARCA, Diego Reyes contó que Vicente Sánchez, entonces jugador del América, le prestó su Porsche GT3 blanco cuando él tenía 18 años. “Me lo dio todo el fin de semana”, recordó. El problema: no sabía manejar el estándar.

Al salir del club, temía que el coche se le apagara ante la gente, y pasó. Tuvo que pedir ayuda a Daniel ‘Rolfi’ Montenegro para encenderlo de nuevo. Entre nervios y aprendizaje exprés, Reyes igual confesó que disfrutó el auto todo el fin de semana. Una postal que retrata la curva de madurez que exige Coapa.

El regalo de lujo que Vicente Sánchez sorprendió a Diego Reyes

Vicente Sánchez no solo impresionó a Diego Reyes con el gesto de prestarle su Porsche, sino que también le dejó una anécdota inolvidable con un detalle inesperado. En pleno viaje internacional, el uruguayo sorprendió al canterano del América con un regalo que pocos futbolistas jóvenes reciben en sus inicios.

El propio Reyes recordó aquella escena: “Estábamos en Brasil e iniciamos el regreso a México. En el duty free me pidió que lo acompañara porque se iba a comprar un reloj. Estaba viendo relojes y me acuerdo que vio uno de cerámica blanca, se lo midió y dijo que se lo iba a comprar después. Ya cuando me subí al avión, llegó con una bolsita y me dice: ‘Toma flaco, porque hiciste un buen partido’”.