La noticia ha sacudido los cimientos del futbol mexicano: el Club América ha vendido el 49% de sus activos al fondo General Atlantic. Esta transacción, que incluye al equipo, el Estadio Azteca y los terrenos aledaños, marca un precedente histórico que podría abrir la puerta a una nueva era de inversión extranjera en la Liga MX, pero también despierta una incertidumbre total en la afición.

A pesar de la magnitud de la operación, el hermetismo ha generado más dudas que certezas. ¿Qué significa realmente compartir la propiedad del equipo más ganador? Entre la euforia por la inyección de capital y el miedo a perder la identidad, surge una nueva estructura corporativa que Fox Sports ha logrado desmenuzar para entender si este movimiento es un alivio financiero o una condena deportiva.

La estructura corporativa del América con su nuevo socio

De acuerdo con José Pablo Coello, comentarista de Fox Sports, General Atlantic desembolsó aproximadamente 240 millones de dólares por su participación, situando el valor total de los activos azulcremas en 490 millones de dólares. Esta cifra coloca al América en una liga financiera distinta, pero bajo condiciones muy específicas que obligan a la directiva a ser más quirúrgica que nunca con sus decisiones.

Uno de los puntos más polémicos es la supuesta hermandad con los New England Patriots. Si bien el nuevo socio estratégico tiene vínculos con Robert Kraft, dueño del equipo de la NFL, Coello aclara que no son “equipos hermanos”. Se trata de una alianza de negocios y conocimiento empresarial, eliminando por ahora la posibilidad de una integración deportiva directa entre ambas instituciones.

La realidad que golpeará las expectativas de la afición es el destino del dinero: no habrá “fichajes bomba”. La prioridad absoluta de los nuevos socios es el cemento, no los goles. Todo el capital está destinado a finalizar las obras del Estadio Azteca para sus compromisos internacionales, obligando al equipo a mantenerse bajo un esquema de autofinanciamiento que pondrá a prueba la gestión de Santiago Baños.