El 2025 está por terminar y para el Club América el balance es, sencillamente, desolador. Lo que inició como una temporada llena de promesas se transformó en un desierto de trofeos: sin Liga MX, sin Concachampions y con el doloroso fracaso en el repechaje al Mundial de Clubes. La grandeza del Nido se ha visto cuestionada no solo por su propia afición, sino por los organismos internacionales que hoy miden el éxito con una vara de hierro.
En Coapa saben que en este equipo no sirven las excusas ni los “casi”. Haber llegado a instancias definitivas como las finales de Liga y del Campeón de Campeones solo sirvió para hacer la caída más estrepitosa al quedarse con las manos vacías. Ahora, un nuevo golpe a la reputación institucional llega desde el extranjero, colocando a las Águilas en una posición que hiere profundamente el orgullo de cualquier americanista de cepa.
América apenas queda en el top 10 de la Concacaf
La Federación Internacional de Historia y Estadística de futbol (IFFHS) ha publicado su ranking definitivo de cierre de año y los resultados son una auténtica bofetada de realidad. El Club América termina el 2025 apenas como el décimo mejor equipo de la Concacaf. Esta posición es el reflejo fiel de un ciclo donde el peso de la camiseta no bastó para levantar metal, relegando al equipo más ganador de México a un sitio que parece impropio de su historia.
Lo que más escuece en el seno del americanismo es ver quiénes están por encima en la lista. Equipos de la Liga MX como Cruz Azul, Tigres y Toluca han tomado la delantera, mientras que el Inter Miami de la MLS e incluso representantes de Costa Rica y Canadá han desplazado a los de Coapa. Perder la hegemonía regional ante rivales que tradicionalmente veían al América hacia arriba es la prueba irrefutable de que el 2025 fue un año para el olvido.
Esta calificación internacional le pasa factura a la gestión deportiva y pone una presión inmensa sobre André Jardine para el arranque del 2026. No basta con competir; el ranking deja claro que, sin títulos, el prestigio se esfuma a la velocidad de un rayo. El América termina el año no solo con las vitrinas vacías, sino con la urgencia de recuperar un trono que hoy, según los datos fríos de la IFFHS, le pertenece legítimamente a otros.
