La final entre Toluca y Tigres no solo dejó un campeón, también abrió uno de los debates arbitrales más intensos de los últimos torneos. A pesar de la cantidad de decisiones polémicas que marcaron la serie, el tema pasó casi de largo en buena parte de los medios nacionales.
El contraste encendió a la afición del Club América, acostumbrada a que cada error arbitral a su favor genere ruido, análisis y condena pública. Esta vez, con Toluca como beneficiado, el silencio predominó, hasta que Christian Martinoli decidió salir al frente y ponerle palabras a la polémica.
La justificación que desató la molestia del americanismo
En medio de los cuestionamientos, el narrador de Azteca Deportes y confeso aficionado del Toluca aceptó que el arbitraje pudo haber influido directamente en la final. Reconoció jugadas clave que, de haberse sancionado distinto, habrían cambiado el rumbo del partido.
Sin embargo, su argumento fue el que terminó por incendiar las redes. Martinoli marcó una supuesta diferencia moral entre Toluca y América, asegurando que en el conjunto escarlata “sí aceptan” los errores arbitrales, a diferencia, según él, del americanismo.
Para muchos aficionados del América, el discurso sonó selectivo e hipócrita. La crítica no fue por aceptar los errores, sino por minimizar su impacto cuando favorecen a Toluca y exagerarlos cuando el señalado es América, un patrón que señalan como recurrente en el análisis mediático.
El resultado fue previsible: una nueva grieta entre narrativa televisiva y percepción de la afición. La final ya terminó, pero el debate sigue abierto, y una vez más el América quedó en el centro de la conversación, incluso cuando no estaba en la cancha.
