América no tuvo el partido soñado contra Pachuca, consiguiendo un empate por 1-1 que deja la serie abierta en la Concachampions. Y es que en las Semifinales también cuenta el gol de visitante y esto obliga a las Águilas a mejorar de forma considerable su rendimiento de cara a la vuelta en el Estadio Hidalgo.
Pachuca se ha convertido en una piedra en el zapato de André Jardine, pues en los recientes enfrentamientos América no se ha visto cómodo con la propuesta de los Tuzos. Vale destacar que antes de la ida en Concachampions, ambos se habían visto las caras en el Clausura 2024 con victoria para los hidalguenses.
Todo esto deja al América en una situación sumamente complicada, pues los Azulcremas tienen que buscar la remontada en casa de Pachuca: una victoria o un empate con al menos dos goles sería suficiente para las Águilas, que todavía pelean por conquistar ese doblete histórico con el que sueña la afición.
Pero aunque los partidos recientes no invitan precisamente al optimismo, las Águilas pueden aferrarse a un poderoso recuerdo que les muestra el camino a seguir en la revancha ante Pachuca. Fue hace más de 10 años, pero la actitud que tuvo el equipo esa noche es precisamente la que no puede faltar el martes.
Clausura 2013: Pachuca 2-4 América
Fue en la Jornada 16 del Clausura 2013, cuando Pachuca comenzó ganando el partido con goles de Ángel Reyna y Fernando Cavenaghi. A pesar de lo cuesta arriba que se puso el partido en el inicio de la segunda mitad, la respuesta del América no se hizo esperar ni mucho menos.
Christian Benítez, en apenas cuatro minutos, hizo un doblete que le permitió a las Águilas meterse de nueva cuenta en el partido. Y casi de manera inmediata apareció Raúl Jiménez para convertir un penal, remontando un partido que sin duda estaba en peligro. ¿El cuarto? También fue obra de Chucho.
Ese es precisamente el espíritu con el que América debe salir al campo del Estadio Hidalgo, donde todo parece en contra. Pero si hay un equipo capaz de superar las adversidades e imponer las condiciones en el rectángulo de juego, ese es precisamente el América de André Jardine.