El 28 de mayo de 1985 se celebró una de las finales más polémicas en la historia del futbol mexicano. América llegaba a la definición por el título con la posibilidad de convertirse en bicampeón tras ganarle un año antes el campeonato a Guadalajara y para conseguir su cometido, tendrían que doblegar a Pumas, el equipo sensación de esa temporada que estaba conformado por una de sus generaciones de futbolistas más recordada.

Para la final, azulcremas y auriazules se vieron las caras en una serie sumamente disputada que terminó en empate global. 1-1 la ida en el Estadio Azteca y 0-0 la vuelta en Ciudad Universitaria, por lo que, según lo establecido en el reglamento de ese entonces, se requeriría jugar un partido de desempate en una sede neutral.

La cancha del Estadio Corregidora fue el escenario en donde las Águilas superaron a los del Pedregal con una actuación memorable de Daniel Alberto Brailovsky, quien platicó con Águilas Monumental sobre aquella noche en la que pudieron terminar con una goleada sobre la universidad, pero de la cual muchos han preferido hablar solamente sobre el arbitraje de Joaquín Urrea.

En aquel partido contra Universidad en Querétaro quisieron hacer ver cosas sobre el árbitro como pasa absolutamente siempre. Afortunadamente nos tocó a nosotros (ganar), se empataron los dos primeros partidos, se ganó el tercero, pero se hizo de manera justificada y clara porque hicimos tres goles, pudimos hacer tres o cuatro más. La gente trata de recordar el tema de los penales, siempre van con lo mismo, el penal que nos cobraron a favor y el que no nos cobraron en contra que no veo por dónde. Nadie habla que, en el segundo partido, cuando jugamos en CU, un golpe de puño que me pega Espinoza sobre la línea penal en donde debió ser expulsado; volé por el aire y se ve en las fotografías. Nadie habla de eso. Es normal, siempre se nos ha echado en contra todo y dicen que es a favor”, expresó.

De igual forma, el Ruso recordó otros hechos donde el arbitraje marcó en contra de los Millonetas, pero que con todo y eso supieron reponerse para terminar coronándose como campeones.

“Es tan claro como que, en la Final del año anterior contra Chivas, nadie habla de que en el primer partido nos expulsaron a de los Cobos, en el segundo partido a los 20 minutos del primer tiempo nos expulsaron a Armando Manzo, nos cobraron dos penales en contra y con todo eso ganamos. Todo el mundo dice que nos han ayudado siempre, que en los 80’s nos ayudaban los árbitros; yo doy ejemplos claros de las cosas que sucedieron, siempre en contra y siempre ganamos, afortunadamente”, manifestó.

En lo que respecta puntualmente a su doblete en aquella Final contra la UNAM, Brailovsky compartió una anécdota previa a ese partido en donde el portero Héctor Miguel Zelada le confió la responsabilidad de ser el héroe de la noche para los de Coapa.

“Zelada y yo estábamos sentados apoyados en los letreros en la cancha de Querétaro previo al partido. Teníamos la costumbre de sentarnos y conversar. Me dijo: ‘Ruso, yo atajé un penal y fui figura contra Chivas”, le dije que yo también fui y se reía el cabezón, pero me dijo: ‘ahora te quiero solamente figura a ti en este partido’. Son circunstancias en los partidos, a veces se da; nunca fui goleador, pero tuve la suerte de hacer goles siempre en partidos finales y en ese partido se me dio, hice dos goles, pero la figura fuimos todos, el equipo no paró de jugar, entendió muy bien lo que nos había dicho el Zurdo López previo a esa Final, lo que había que hacer, como había que jugar y el partido salió redondo. Yo le doy gracias a Dios de haber podido convertir, lo disfrutaba mucho, pero lo importante era salir campeones sin importar quien hiciera los goles”, rememoró.

EL NACIMIENTO DE LA RIVALIDAD

Hoy en día, hablar del Clásico Capitalino es referirse a una de las rivalidades más calientes del futbol mexicano. Esto es bien sabido por Daniel Brailovsky, quien afirma que el Clásico por excelencia es contra Guadalajara, pero ante la Universidad siente algo especial que bien pudo haber nacido en aquel choque en Querétaro.

“Para algunos sí (nació la rivalidad en Querétaro), sobre todo para los jóvenes que habían vivido esa Final. Se generó una rivalidad distinta, diferente. Sostengo que el Clásico Nacional es América vs Chivas, es el que más llama la atención en todos lados, pero con Pumas siento una rivalidad especial por la ideología y se ha sentido, lo hemos vivido lo que nos tocó pasar por ahí. Afortunadamente nunca me tocó perder contra Chivas ni contra Puma, ni de jugador ni de técnico que estuve poco tiempo. Es especial, esos partidos la gente los vive de manera especial y tienes que hacerles sentir en la cancha que sientes lo que ellos sienten en la tribuna”, dijo.

Finalmente, el ex futbolista argentino agregó con orgullo que nunca le tocó perder ni con Chivas ni con Pumas, pero que si para los aficionados representa algo especial este compromiso, los jugadores tienen que encararlo como tal.

“Habrá nacido, crecido o explotado en los 80’s. Lo sientes con la gente, en la calle, te das cuenta en la cancha. Ese verso y ese cuento de que solamente son tres puntos es mentira. Si para el hincha no son solamente tres puntos y tiene un sabor especial, hay que mostrarlo en la cancha. No se debe de decir que porque ya están calificados a este no se le da importancia, de ninguna manera. La gente, el que hace al americanismo grande, siente que ese partido es especial y siendo así, tienes que entrar a la cancha y jugarlo como un juego especial. En algunos otros lados he escuchado que dicen ‘este partido no se puede perder’; en América nunca escuché eso, siempre en el vestidor era ‘este partido hay que ganarlo’. Es la gran diferencia entre los equipos comunes y corrientes con el más grande de todos”, cerró.