El año 2013 marcó la vida de Jonathan Rodríguez. Con 19 años, tuvo su debut con Peñarol en un partido no oficial de la Copa Antel en contra de Guaraní; sin embargo, recibió un duro revés cuando el técnico carbonero de aquel entonces, Jorge da Silva, le dijo que tendría que regresar a la Tercera División.

Cabecita sintió un pesar muy grande debido a que el mismo entrenador que lo había subido a la máxima categoría, lo relegaba a la Tercera por cuestiones personales. Ahí, el delantero reflexionó si valía la pena seguir en la lucha por cumplir su sueño y, por si fuera poco, no contaba con la mejor orientación de quien en ese entonces lo representaba.

Fue ahí donde apareció la figura de Edgardo Lasalvia. El Chino, quien hoy es representante de Jonathan, en ese entonces no tenía nada que ver con el mundo del futbol y las negociaciones; había sido socio de Peñarol durante 15 años e integrante de la Barra Amsterdam, grupo de animación de los Carboneros, pero decidió alejarse de la tribuna popular para trabajar y establecer su familia.

En plática con Águilas Monumental, Lasalvia recordó que le tocó conocer por primera vez a Rodríguez cuando estaba aún en las divisiones inferiores del conjunto aurinegro. “Yo lo conocí en Cuarta División, fue mi primer jugador, él me descubrió a mí”, dijo quien hoy acompaña a Cabecita en sus primeros días con elClub América.

LOS CONSEJOS DEL CHINO QUE MARCARON A CABECITA RODRÍGUEZ

En esos momentos complicados que Jona vivió, Edgardo fue cercano a él, platicaban mucho, salían a comer y establecieron un vinculo de amistad que hasta la fecha se mantiene, ya que más allá de lo profesional, tienen una relación cercana en la que Lasalvia recuerda como fue que Rodríguez reaccionó para enderezar el rumbo y volver a la Primera División.

“Cuando empezamos a ser más cercanos salíamos a comer y pasábamos mucho tiempo juntos, platicábamos de muchas cosas personales y del futbol. En realidad, todo el cambio en su realidad fue mérito suyo, él pidió ayuda y lo que hice fue acercarme a él para que abriera los ojos y valorara la oportunidad que tenía. Siempre me acerqué a él como un amigo e intenté que tuviera presente quien es, así como el valor de su entorno y su familia”, compartió.

Al final, Lasalvia resultó un vínculo fundamental para que Cabecita pudiera regresar al primer equipo de Peñarol debido a que conocía directamente a uno de los directivos de la escuadra manyagracias a su tiempo tanto de socio como de integrante de la barray le tendió la mano al jugador que respondió a su confianza con buenas actuaciones en el equipo que ambos aman, toda vez que los dos llevan a los Carboneros en la piel con tatuajes representativos de la institución.

Hoy, Jonathan Rodríguez está por empezar una nueva e importante etapa en su carrera. Si las cosas salen como él desea, se podrían abrir incluso las puertas de la Selección de Uruguay para un posible boleto a la Copa del Mundo de Qatar 2022. En ese proceso, será seguido muy de cerca por ese amigo que no lo dejó solo y que hoy, disfruta ver el éxito cosechado en su carrera.

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