Renato Ibarra volvió a sentirse jugador de América después de un año y ocho meses de su última aparición con la camiseta azulcrema. Y es que luego de toda la polémica desatada a raíz de su registro con las Águilas, el ecuatoriano recibió sus primeros minutos en esta segunda etapa con el club.

Antes de que la Liebre recibiera la oportunidad de entrar en los minutos finales del partido en donde los Millonetas derrotaron 2-0 a Tijuana, la gente en las gradas del Estadio Azteca coreó su nombre hasta en tres ocasiones, querían verlo en la cancha ante la desesperación de ver que el marcador no se abría.

 

Santiago Sánchez decidió llamarlo. Le dio las indicaciones finales ante la expectación de los hinchas que tan pronto vieron a Renato poner un pie en el terreno de juego, se deshicieron en aplausos y elogios para él, cosa que se repitió en cada acción donde tomó el esférico pegado a la banda derecha.

El momento cumbre para Ibarra vino en el agregado del partido. En un trazo largo, Viñas protegió la pelota y cedió el espacio a Renato para que este tomara la de gajos, arrancara solo, cortara hacia el centro hasta encontrar el espacio ideal para tirar colocado, lejos del alcance de un Jonathan Orozco que fue un espectador más.

 

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El Coloso de Santa Úrsula acogió a Renato Ibarra y lo abrazó como uno de los suyos. Ahora, él buscará competir por un lugar en el once, demostrar que puede ser valioso para el equipo de Santiago Solari a fin de retomar su mejor versión para beneplácito tanto suyo como de toda la gente que celebró su regreso.