Ricardo Rojas y la virtud de siempre creer en la remontada de América sobre Necaxa en la Final del Verano 2002

Ricardo Rojas fue un jugador sumamente cumplidor en su paso por América que comprendió dos etapas en las cuales ganó un par de títulos de Liga, el primero de ellos en el Verano 2002, logro que este jueves cumplió 20 años y por el que dialogó con Águilas Monumental para compartir que sintió de formar parte de un plantel que le puso fin a un periodo de 13 años sin título para los de Coapa.

“Fue un orgullo tremendo poder pertenecer a un plantel rico en calidad, rico en todo sentido, calidad humana y futbolística. Hubo jugadores que se nos fueron a la Selección, estábamos de cierta manera despotenciados, se nos fue el Matador Hernández y Germán Villa que estaban en el Mundial en ese momento. No se notó, a pesar de que eran jugadores importantes para nosotros teníamos un plantel rico en ese aspecto. Cuando se da la posibilidad de estar en la Final, lo único que me pasaba por la mente es que uno podía quedar en la historia, entonces todo lo demás quedaba al margen, lo más importante en ese momento era quedar en la historia del club y eso era lo que buscaba”, expresó.

Dentro de los recuerdos del Cuervo se encuentra el hecho de haber perdido el partido de Ida por 2-0, situación que sacudió fuertemente a un grupo que de la mano de Manuel Lapuente logró reponerse para venir de atrás y remontar con la convicción de que podrían hacer historia con el ave.

“Después de la primera Final fue triste, nos fuimos con un 2-0 en contra, el vestidor estaba destrozada. Me quedo con las palabras de Manuel Lapuente en ese momento que fue que lo ganábamos, que a la llave le dábamos vuelta; rápidamente tuvimos que sacudirnos, secarnos las lágrimas, llegar a la concentración y trabajar el partido. Hay algo importante a la hora de enfrentar partidos difíciles y es cuando llegas con la convicción de las tareas claras que tienes que realizar ese día. Llegamos a esa Final con la película clara de lo que teníamos que realizar en ese momento y con la convicción de que lo dábamos vuelta por la calidad de jugadores que teníamos y el nivel que mostramos ese año. Era difícil, pero teníamos la convicción de que le dábamos vuelta”, relató.

IVÁN ZAMORANO FUE LA CLAVE

Pese a que al término de los primeros 45 minutos del encuentro definitivo América no había conseguido anotar, el zaguero chileno jamás dudó de que remontarían el marcador adverso, sobre todo cuando anotaron el primer gol y posteriormente entró a la cancha Iván Zamorano para empatar el global.

“Fue maravilloso. Encontramos un estadio desbordado totalmente con colores amarillos, fuimos locales a pesar de que en el papel éramos visita. Teníamos un desafío grande por delante, la convicción de que podíamos darle la vuelta; no era fácil la tarea, era muy complicado, pero cuando entramos del entretiempo de ese partido para enfrentar la recta final estábamos convencidos de que le dábamos vuelta. Hubo cosas puntuales, una expulsión de ellos que nos ayudó a irnos encima ya con todo, el ingreso de Zamorano nos inyectó ese plus en la parte final de ese segundo tiempo y cuando hicimos el primer gol sabía que esa Final no se nos escapaba”, rememoró.

CONFIANZA CIEGA EN ADOLFO RÍOS

Uno de los momentos culminantes de la Final fue la atajada de Adolfo Ríos a Carlos Gutiérrez en los tiempos extra. El lance del arquero fue milagroso para la causa americanista y Ricardo Rojas fue espectador en primera fila.

“Me tocó estar muy cerca de ese momento. No sé si era Raúl Salinas al que le tocaba enfrentar en ese momento al jugador que dispara al arco (Carlos Gutiérrez), pero siempre tuve la tranquilidad de que nuestro arco estaba bien resguardado y Adolfo Ríos era un monstruo en ese aspecto. Cualquier llegada -que la iban a tener porque fueron un equipo que también se preparó- teníamos la tranquilidad que Adolfo nos resolvía, nos salvaba goles. Si se presentaban esos momentos, teníamos la convicción de que Adolfo nos podía resolver en esos momentos de buena manera”, terminó.

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