El americanismo celebró el golpe de autoridad en el Volcán, pero puertas adentro quedó una inquietud táctica: Alejandro Zendejas ha sido usado como mediapunta, lejos del lugar donde más daño hizo en el tricampeonato. La decisión respondió a emergencias del plantel y a un libreto más conservador, pero el 10 no termina de fluir entre líneas.

Con Allan Saint-Maximin a punto de entrar en escena, el debate se encendió: ¿conviene mantener a Zendejas por el centro o devolverlo a su posición natural? La pregunta no es menor; hablamos del motor de muchas diagonales, paredes y goles que nacieron cuando arrancaba pegado a la cal y atacaba por dentro.

¿Debe Jardine devolver a Zendejas a la banda derecha?

Según León Lecanda de ESPN, Zendejas se siente mucho más cómodo y determinante partiendo desde la derecha. Ahí potencia su cambio de ritmo, su perfil para perfilarse a zurda y su entendimiento con el lateral que lo dobla. En la mediapunta, participa, sí, pero pierde metros de explosión y tiempo para encarar.

Recuperarlo en la orilla devolvería una sociedad conocida: extremos abiertos que fijan y rompen, con interiores que llegan de frente. Además, permitiría que el 10 vuelva a aparecer en zona de gol, no tan lejos del área, y que el equipo gane amplitud sin sacrificar presión tras pérdida.

Con Saint-Maximin, ¿cómo queda el frente de ataque?

La llegada del francés invita a rearmar la pizarra. Saint-Maximin ha confesado que disfruta moverse libre “entre líneas”, actuando como lanzador y último regate antes del área. Si Jardine reinstala la figura del mediapunta, el dibujo podría encajar de forma natural: Brian Rodríguez por izquierda, Saint-Maximin por dentro y Zendejas por derecha, detrás del 9 en turno.

Ese tridente, con Zendejas regresando a su zona de influencia, amenaza por fuera y por dentro, estira defensas y abre carriles para el golpeo exterior de los medios. El ajuste no es un volantazo, es volver a lo que funcionó y sumar el desequilibrio de un fichaje hecho para marcar diferencias desde el primer toque.