Luis Ángel Malagón vive el que quizá pueda ser el momento más dulce de su carrera hasta ahora. A meses de haber firmado con América, se ha hecho con la titularidad del arco azulcrema y le llegó el primer llamado a la Selección Mexicana en la naciente era de Diego Cocca; sin embargo, detrás de eso que hoy salta a la vista, hay una historia de reinvención y fortaleza por parte del portero.
Y es que, con solamente 16 años, Malagón fue cortado de las Fuerzas Básicas de Santos, donde le hicieron sentir que no tendría futuro en el futbol profesional, pero de la mano de sus padres, así como de su fe, tuvo la valentía de volver a intentarlo desde la Tercera División para posteriormente dar el paso a Morelia, donde empezó a escribir la historia que hoy conocemos.
“La vida siempre te va a presentar retos y depende de uno como los tome. De Santos me corrieron a los 16 años, fue un momento muy triste porque casi me dijeron que no servía para esto. Dios y mis papás me hicieron no caerme; me fui a jugar a una Tercera División a Zamora donde me fue muy bien, ascendimos a Segunda y de ahí me fui a Morelia, donde me dieron una oportunidad. Al final del día el único consejo de vida es no rendirse, yo sé que a veces las cosas pueden no pintar del todo bien, pero siempre Dios te manda las cosas por algo. Siempre va a haber momentos buenos y malos, pero hay que aprender. La vida por eso es vida y si fuera fácil no tendría mucho chiste. Simplemente hay que seguir trabajando y darle para adelante”, relató con emoción el cancerbero americanista en plática con Águilas Monumental.
El pasado fin de semana, Malagón se convirtió en el héroe de los Millonetas al atajar un penalti sobre la hora a Joao Rojas que le valió el triunfo a su equipo en contra de Monterrey. Ahora, después de voltear hacia atrás y ver todo el camino que ha recorrido, valora todavía más esa actuación que tuvo, por lo que una vez saboreadas las mieles del triunfo con los de Coapa, quiere más tanto en lo individual como en lo colectivo.
“Lo valoro como no tienes una idea. Yo creo que ha sido uno de los momentos más felices de mi vida, en el estadio más importante de México, contra el líder. No puedo describir la sensación de lo que fue en su momento lo que pasó por mi cabeza, creo que es una motivación extra muy grande para que vengan muchas noches más. Lo único que deseamos es que este torneo busquemos una estrella más que es lo que todos queremos en este momento”, compartió.
LA ATAJADA QUE LE ROBÓ EL SUEÑO
La adrenalina y emoción del momento fue algo que Ángel se llevó a casa tras la victoria frente a Rayados, por lo que conciliar el sueño le fue simplemente imposible. De hecho, reveló que, desde sus inicios en esta profesión, no ha podido dormir con normalidad después de cada encuentro, pero luego de lo vivido en el Coloso de Santa Úrsula, simplemente no cerró los ojos.
“Desde que juego futbol profesional me ha costado dormir. Cuando jugaba en Morelia me dormía dos o tres de la mañana, igual en Necaxa. Esta vez me dormí a las seis de la mañana, no podía dormir porque tenía todas las emociones y la adrenalina, pero fue lindo, a otro día andaba medio zombi, pero feliz porque vinieron mis hermanos, pasaron ese momento cerca de mí y todo fue un cumulo de buenas sensaciones y emociones”, expresó.
UN AGRADECIMIENTO A LA AFICIÓN
Finalmente, el cancerbero crema no dudó en revelar que vio cerca de 20 veces la repetición del penalti que atajó y dentro de eso, pudo revivir la manera en la que los aficionados se hicieron sentir para presionar al jugador de La Pandilla y posteriormente, entregársele cuando tapó el cobro. Esto es algo que tuvo mucho valor a decir del propio Malagón.
“Me creerás que vi el partido como 20 veces, la repetición del penal. De verdad agradecer, simplemente palabras de agradecimiento porque hicieron su parte, tuvieron su parte para que el cobrador sintiera mucha presión. Imagínate ver el estadio así, yo creo que influyeron mucho y simplemente palabras de agradecimiento. Que sepan de mi parte siempre voy a dar lo mejor de mí a la disposición de ellos y dar resultados porque al final del día para eso estamos aquí”, culminó.
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