El fallecimiento del artista de manga, Akira Toriyama, resultó una noticia que sacudió al mundo debido al impacto de su obra toda vez que se trató del creador de la famosa serie Dragon Ball, la cual fue vista por diferentes generaciones de niños, jóvenes y adultos en diferentes partes del planeta convirtiéndola en una de las favoritas para miles de personas.

El mundo del futbol no fue ajeno a Goku, Gohan, Vegeta y todos los personajes creados por Toriyama. Tatuajes, festejos de jugadores, tifos en las tribunas, diferentes manifestaciones que ligaron a la pelota con la caricatura japonesa que hasta la fecha es transmitida en canales tanto de televisión abierta como de paga.

En el Club América no pasó desapercibido el fallecimiento de Akira Toriyama, al menos no pará un jugador fanático de Dragon Ball y que, mediante un video en sus historias de Instagram, rindió un homenaje al artista mediante una de las canciones más emblemáticas de esta caricatura como lo es la de “Mi Corazón Encantado”.

Se trata de Sebastián Cáceres, defensa central de las Águilas que aparte de sus grandes condiciones dentro del terreno de juego, tiene talento para tocar el piano. Dicho esto, el uruguayo grabó un video para sus historias de Instagram en donde colocó una figura de Goku en su primera fase de Súper Saiyajin sobre un teclado e interpretó la melodía ya mencionada de la serie.

Aficionados de América rinden homenaje a Akira Toriyama

Cabe mencionar que los aficionados de América también rindieron tributo a Akira Toriyama incluso antes de su fallecimiento. Esto se debe a que la cuenta en redes sociales de Victorzilla17, frecuentemente realiza videos de resúmenes de los partidos de las Águilas “narrados” por los personajes de Dragon Ball, los cuales tienen muy buena aceptación de la gente.

¿De qué murió Akira Toriyama?

Según lo informado de manera oficial por la cuenta oficial de Dragon Ball, Akira Toriyama perdió la vida a causa de un hematoma subdural agudo el pasado viernes 1 de marzo mientras trabajaba en diferentes proyectos. El dibujante perdió la vida a los 68 años, pero sin lugar a duda su legado ya había quedado para la posteridad.