Por noches como esta, la Liguilla de la Liga MX sigue siendo el momento más emocionante del futbol mexicano. No solo se define el título, sino que los equipos lo dejan todo en la cancha, ofreciendo encuentros llenos de drama, como el que protagonizó el Club América ante Cruz Azul.
Las Águilas vivieron una auténtica montaña rusa de emociones en este partido. Después de un empate a tres goles que los dejaba eliminados, una jugada desesperada de Carlos Rotondi le dio al América una oportunidad de oro. Un penal decisivo quedó en los pies de Rodrigo Aguirre, quien no falló y llevó al equipo a la final en un cierre de partido inolvidable.
Rodrigo Aguirre se convierte en el héroe del América
Rodrigo Aguirre ingresó al terreno de juego como sustituto de Henry Martín, con la misión principal de reforzar el ataque aéreo y presionar a la defensa de Cruz Azul. Sin embargo, el destino le tenía reservado un papel protagónico. En una jugada clave, Erick Sánchez fue derribado en el área por Carlos Rotondi, y Aguirre asumió la responsabilidad de ejecutar el penal más importante del torneo para las Águilas.
Con frialdad absoluta, el delantero uruguayo engañó por completo a Kevin Mier y marcó el cuarto gol del América, que terminó siendo definitivo. Con esta anotación, las Águilas lograron su pase a la tercera final consecutiva de la Liga MX, una hazaña que los mantiene en la pelea por el tricampeonato.
Rodrigo Aguirre se perderá la ida de la final
A pesar de su heroico desempeño, Rodrigo Aguirre no terminó la noche de la mejor manera. Tras anotar el penal, el delantero celebró quitándose la camiseta, lo que le valió una tarjeta amarilla. Minutos más tarde, en una acción que el árbitro consideró merecedora de una segunda amonestación, Aguirre fue expulsado, dejando al América con una baja sensible para el primer partido de la gran final.
El Club América se enfrentará al Monterrey en la final del Apertura 2024, en busca de consolidar su dominio con el tricampeonato de la Liga MX. Sin embargo, no contará con su goleador en la ida, lo que supone un desafío adicional para André Jardine y su equipo.