En el futbol mexicano, los clubes no solo deben enfrentar a sus rivales en la cancha, sino también manejar con cuidado las situaciones que surgen fuera de ella. Un reciente incidente en Chivas ha causado polémica, cuando Roberto “El Piojo” Alvarado lanzó un objeto pirotécnico hacia los periodistas durante una rueda de prensa. Este comportamiento irresponsable ha puesto a la institución rojiblanca bajo el escrutinio público, generando expectativas de una sanción que aún no ha llegado.
Este tipo de indisciplina no es nuevo en el balompié mexicano. Equipos como el Club América también han enfrentado momentos complicados con sus jugadores y la prensa. Sin embargo, la diferencia entre cómo reaccionan los clubes es lo que marca la pauta en la opinión pública. En este caso, Chivas ha mantenido un silencio prolongado, lo que ha dejado dudas sobre su manejo de la situación.
No obstante, en 2018, América enfrentó un incidente similar con su entonces delantero Carlos Darwin Quintero, quien intentó agredir a un periodista. La diferencia radica en que América tomó medidas inmediatas, sancionando a su jugador y ofreciendo disculpas públicas, un gesto que contrastó con la inacción actual de Chivas.
América sancionó a Darwin Quintero, mientras Chivas guarda silencio
En el caso de Darwin Quintero, el Club América no tardó en disculparse con el reportero afectado y su equipo de trabajo, emitiendo un comunicado oficial y sancionando internamente al jugador. Este hecho, ocurrido en enero de 2018, dejó en claro la postura del club: no se toleran faltas de respeto hacia la prensa. A pesar de que el incidente fue menos grave, el conjunto azulcrema actuó con rapidez y transparencia, salvaguardando la relación con los medios.
En contraste, Roberto Alvarado sigue sin enfrentar consecuencias visibles tras el incidente en el que lanzó un objeto pirotécnico hacia los periodistas en una rueda de prensa. Aunque Chivas se ha limitado a calificar el suceso como una “broma” que se salió de las manos, la falta de una respuesta contundente ha generado preocupación entre los reporteros que cubren al equipo, así como entre los aficionados.
La falta de acción de Chivas no solo impacta su imagen ante los medios de comunicación, sino que también podría deteriorar su relación con los periodistas a largo plazo. Mientras América demostró en su momento que respeta los valores de la institución y la ética deportiva, Chivas corre el riesgo de ser percibido como un club que no toma con seriedad las conductas inapropiadas de sus jugadores.