El América no pudo sostener su libreto en la jornada 8 y cayó en un Clásico que parecía encarrilado para las Águilas. La derrota duele por lo que quita en tabla… y por una imagen que incendió la noche: la acción en la que Igor Lichnovsky quedó expuesto en el cierre.
Más allá del marcador, la postal reordenó el debate en Coapa: rendimiento individual, gestión de riesgos y jerarquías en la zaga. El americanismo exige respuestas y el calendario no espera.
¿Cómo fue la jugada que lo dejó expuesto?
Minuto 88, América estaba volcado al frente y la transición defensiva quedaba mano a mano. Armando “Hormiga” González recibe, encara y rompe la cadera del central chileno con un cambio de ritmo seco. Lichnovsky intenta perfilar, pero llega tarde: desborde, definición y golpe emocional que selló la noche.
La lectura táctica es clara: desprotección del primer pase tras pérdida y demasiados metros a la espalda del central. Sin coberturas ni ayuda lateral, cualquier duda en el pie a pie se paga con gol. La foto es individual; el origen, colectivo.
El jugador que quiere ver la afición en lugar de Lichnovsky
En redes, parte de la afición apuntó a Lichnovsky y pidió minutos para Ramón Juárez, hoy alternativa de oficio y timing. El otro ángulo mira al pizarrón: si el equipo vive tan alto, la zaga necesita un defensa más veloz que el chileno, y ese es Juárez.
La experiencia suma, pero sin la velocidad y la capacidad para el uno vs. uno prolongado se vuelve ruleta rusa.