En múltiples ocasiones, los jugadores del Club América han comentado que los equipos de la Liga MX los ven como un rival especial al que todos quieren vencer. No es raro que, cuando las Águilas pisan la cancha, sus rivales den el máximo para tratar de arrebatarles algún punto. El América, con su estatus de bicampeón del futbol mexicano, se ha convertido en un objetivo importante para todos los equipos.
Esto fue evidente en el último encuentro del América contra Necaxa, donde los Rayos se tomaron muy en serio la oportunidad de enfrentar al campeón vigente. El partido fue muy físico, con múltiples faltas y decisiones polémicas tanto del árbitro central como del VAR. Necaxa cometió 12 faltas, lo que hizo que el juego fuera trabado y sucio, generando tensión entre los jugadores.
Al finalizar el encuentro, los jugadores de ambos equipos protagonizaron un conato de bronca que sorprendió a los aficionados. Aunque no hubo agresiones físicas mayores, los empujones y las palabras subieron de tono entre los futbolistas de América y Necaxa, dos equipos que, a pesar de no tener una gran rivalidad, llevaron la tensión del partido más allá del silbatazo final.
El origen de la bronca entre Rodolfo Cota y Ezequiel Unsaín
El conato de bronca entre América y Necaxa parece haber comenzado por los reclamos de Henry Martín al portero del Necaxa, Ezequiel Unsaín. El guardameta argentino fue uno de los responsables de los 9 minutos de tiempo añadido que otorgó el árbitro central, debido principalmente a la atención médica que recibió y a las constantes demoras en sus despejes. Estas tácticas de pérdida de tiempo le valieron a Unsaín una tarjeta amarilla.
Después de anotar el gol del empate en el tiempo añadido, Henry Martín se dirigió a Unsaín en al menos dos ocasiones, recriminándole por el tiempo que había perdido durante el partido. Esos minutos adicionales fueron clave para que América lograra rescatar el empate y seguir sumando puntos en su camino hacia los primeros puestos de la tabla general.
A pesar de la tensión, las agresiones entre los jugadores de América y Necaxa no pasaron de empujones e insultos. El conato de bronca se vivió principalmente en dos zonas: una cerca de la media cancha y otra junto a la banca del América, muy cerca de los medios de comunicación que se encontraban a nivel de cancha en el Estadio Victoria.