Quedan horas para un nuevo Clásico Nacional y en Coapa lo leen con frialdad: es partido para mandar en la cancha y en el relato. América llega con la mesa servida para acercarse a la victoria 100 de la rivalidad, mientras el Rebaño se sostiene con alfileres en su propia área.

En ese tablero aparece una noticia curiosa: Chivas pierde a un titular… y, paradójicamente, el más “perjudicado” es América. Alan Mozo no estará disponible y el Ave pierde a su ‘regalo’ favorito: un jugador que en cada Clásico solía cometer errores graves que abrían el juego a favor azulcrema.

¿Por qué a América le convenía que jugara Alan Mozo?

El historial es extenso: autogoles, expulsiones por doble amarilla, errores en la marca y cierres tarde que derivaron en goles azulcremas. Para un ataque que vive del desequilibrio y la segunda jugada, tener al frente a Mozo era casi garantía de que, en algún momento, habría una falla que el América sabría transformar en ventaja.

Sin él, el Rebaño no gana jerarquía; pierde un punto débil evidente. Pero América también deja de contar con esa palanca psicológica: ya no estará el marcador que invitaba a encarar una y otra vez, que cargaba con la presión y que aceleraba el ritmo del partido en su sector.

El XI de Jardine para castigar a las Chivas

La hoja de ruta se mantiene: Malagón al arco; atrás, Dagoberto Espinoza, Cáceres con Juárez o Lichnovsky, y Cristian Borja por izquierda. En la base, Fidalgo e Israel Reyes sosteniendo bloque alto y la presión tras pérdida.

Arriba, Jardine no especula: Zendejas por derecha, Brian Rodríguez por el lado débil, Allan Saint-Maximin para el uno contra uno y Henry Martín como faro y descargador. Es volumen, es remate, es insistencia.