Pese a que el nivel no es bueno, Ambriz merece paciencia y espacio para el trabajo, como todos. Con el equipo ideal es probable que sea otra la historia.
Es cierto que Ignacio Ambriz no empezó bien en América, tanto desde los resultados como desde el rendimiento, más allá de una aceptable labor contra Manchester United. Sin embargo, las críticas que se le hacen por estas parecen desmesuradas y más si se tiene en cuenta que ha jugado con siete suplentes debido a las bajas que tuvo, que no fueron por culpa de él.
Ambriz no tiene la culpa de que casi nunca se respete un proceso.
Seguramente ha cometido errores, aunque necesita tiempo de trabajo y espacio como cualquier timonel. No se le deben agregar a Nacho los cuestionamientos anteriores. Es decir, si la directiva pocas veces respeta un proceso a largo plazo y deja ir directores técnicos de repente, como sucedió con Antonio Mohamed y Gustavo Matosas, ambos Campeones, tampoco es responsabilidad de Ambriz.
Como no tiene pasado en el Azulcrema ni afinidad con la mayoría de la afición, lo más fácil del mundo es caerle a él, pero habrá que contar todas las situaciones que sucedieron en el último tiempo y evaluarlo con al menos un semestre en el cargo. Paciencia, sobre todo. Recién va una jornada y esto es largo. Ya demostrarán las águilas por qué este club es el más grande del país.