Analizamos las principales debilidades azulcremas tras el papelón en el Clásico.
América jugó uno de los Clásicos Nacionales más vergonzosos de los últimos tiempos y aquí proponemos analizar por qué. El equipo no estuvo bien nunca, pecó de ingenuo, no mostró la fortaleza necesaria en casa y lo pagó carísimo frente a un Guadalajara fresco y juvenil.
Lo único positivo son los 15 días que faltan para enfrentar a Cruz Azul.
Lo que más pesó fue una defensa muy lenta y desguarnecida. Sin el lesionado Bruno Valdez y con cuatro hombres en la última línea, los jóvenes del rival se hicieron un festín con su velocidad y sus regates de contraataque y los mediocampistas tampoco ayudaron demasiado en ningún sentido. Con un Osvaldo Martínez flojo y un José Guerrero con mucho sacrificio pero sin recuperación, a los de atrás se les hizo complicado. Como era obvio, Renato Ibarra y Rubens Sambueza tampoco dieron una mano para bajar, lo cual ya se sabía de antemano por sus características muy ofensivas.
La defensa sufrió sin Valdez y el ataque sin Oribe.
Además, Osmar Mares estuvo errático, Paolo Goltz y Pablo Aguilar no tomaron bien las marcas y el conjunto en sí no fue compacto, estuvo mal parado y en el retroceso fue un espanto. Por supuesto, así es casi imposible atacar bien y menos aún sin Oribe Peralta, más allá de algunos balonazos de media distancia que preocuparon a Rodolfo Cota. Y no apareció la pelota detenida como un salvavidas siquiera.
Lo único positivo es que habrá 15 días para reflexionar, trabajar mucho y pensar en Cruz Azul, ya con el retorno del Cepillo. ¡Que no decaiga que es el Centenario!
Lo liquidaron de contra…