Desde que lo hizo el Piojo López, ningún jugador ha podido brillar en Coapa con ese dorsal.

Tras la salida de William Da Silva, Jérémy Ménez aprovechó que quedó disponible el número 7 decidió cambiar el 20 por el dorsal con el que supo lucir en Paris Saint-Germain y en AC Milan.

Lamentablemente, el francés fue víctima de “la maldición del 7 azulcrema”. Y es que desde que lo hiciera Claudio López entre 2004 y 2007, ningún jugador del América ha podido brillar con el número 7 en la espalda, ya sea por bajo rendimiento o por lesiones.

Daniel Bilos, Lucas Castromán, Federico Higuaín, Luis Alonso ‘Negro’ Sandoval, Andrés Chitiva, Alfredo Moreno, José María Cárdenas, Nicolás Olivera, Narciso Mina y Andrés Ríos fueron algunos de los que rindieron pro debajo de las expectativas portando ese número.

Incluso William, antecesor de Ménez con el 7, nunca logró consolidarse en el equipo. Era uno de los más resistidos por la afición y terminó siendo vendido a Toluca en el último Draft.

Ménez se transformó en la más reciente víctima de la maldición. Después de un primer semestre irregular como americanista, tras haberse integrado tarde al equipo y con lesiones de por medio, el francés hizo la pretemporada completa en la playa y se preparaba para explotar en el Apertura 2018.

Sin embargo, cambió el dorsal 20 por el 7 antes de la gira por Estados Unidos y en el segundo amistoso sufrió la ruptura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, que lo tendrá alejado de las canchas por lo que resta del año.