El tricampeón compite y suma, sí, pero sin su faro ofensivo pierde colmillo: fijación de centrales, descargas limpias y ese primer pressing que ordena todo. La ausencia del capitán se nota en el ritmo y en la amenaza dentro del área. En el Nido lo asumen: toca recuperarlo bien, no rápido.

De acuerdo con versiones citadas por Récord, el diagnóstico interno apunta a pérdida de masa muscular tras meses de intermitencia. Resultado: micro lesiones, recaídas y un conteo preocupante de juegos ausentes en 2025. Por eso, antes de acelerarlo con el balón, el club prioriza “rearmarlo” físicamente.

¿Por qué se rompe tanto? La pérdida de músculo que hoy combaten

El plan de Coapa es quirúrgico: fuerza máxima, estabilidad de core y potencia, con cargas progresivas y control fino de fatiga. La idea es devolverle a Henry su base atlética para que sus gestos de choque, salto, giro y remate no vuelvan a pasar factura. Primero el cuerpo; luego, el timing y la puntería.

En paralelo, el cuerpo técnico ajusta microciclos y minutos simulados de juego para que el retorno no sea “a ciegas”. Jardine necesita a su capitán como ancla: descargar a Fidalgo de espaldas, activar bandas y mandar en las dos áreas en pelota parada.

¿Regreso para el Clásico? La hoja de ruta en Coapa

Se especuló con verlo en el amistoso ante DC United, pero la mira está puesta en el 13 de septiembre: Clásico Nacional en el Estadio Azulcrema. Si la planificación se cumple, Henry llegará con un microciclo completo de campo.

El riesgo de acelerar existe y todos lo saben: un paso en falso alarga la novela. En Coapa repiten el mantra: “mejor un partido después que tres de baja”. Si el plan prospera, el americanismo recuperará algo más que un goleador: volverá su brújula competitiva. Con la cinta en el brazo y oficio en el área, Henry Martín reordena todo.