El América frenó la racha por la Fecha FIFA, pero no el pulso competitivo. Seis azulcremas volaron con sus selecciones y las Águilas pactaron un amistoso ante DC United. En medio del parón, Allan Saint-Maximin, sin convocatoria de Francia, volvió a mover la aguja en Coapa.

Mientras la afición cuenta los días para el regreso a Liga MX, el francés dejó una señal potente: compromiso total para llegar como titular al siguiente tramo del calendario. Sin reflectores, pero con el mismo vértigo que muestra en la cancha.

¿Qué hace Saint-Maximin mientras todos viajan?

Lejos de bajar el ritmo, el extremo se metió a sesiones de trabajo específico: velocidad, resistencia y potencia en cinta para acelerar su adaptación a la altura. ¿La idea? Transformar buenas entradas de cambio en minutos de arranque cuando vuelva el torneo.

Ya lo demostró ante Pachuca: entró, agitó y marcó. Ahora busca el siguiente escalón. André Jardine quiere que el francés sostenga el ida y vuelta 90 minutos; Saint-Maximin empuja su físico para que el debate sobre la titularidad deje de ser pregunta.

Objetivo azulcrema: volver a la selección francesa

Desde su llegada, el 10 dejó un guiño ambicioso: jugar en América no le baja la vara, se la sube. Si rinde en un gigante, su nombre puede volver a sonar en Clairefontaine. El primer paso es ser determinante semana a semana con las Águilas.

En el vestidor valoran el gesto: cero descanso mental en el parón y foco en el plan de Jardine. El mensaje para la afición es claro: hay estrella y hay hambre. Si el físico acompaña, el impacto del francés puede ser el diferencial que empuje a América a la cima cuando ruede otra vez la pelota.