En los últimos días, el nombre de Sebastián Córdova volvió a sonar con fuerza alrededor del Club América. Se especuló con un posible regreso del canterano a Coapa, lo que encendió el debate entre la afición, especialmente por la idea de recuperar a un futbolista que en su momento fue visto como el “nuevo 10” del equipo.
Sin embargo, el movimiento no se concretó y el destino del jugador apuntaría a otro club. Y en medio de esa conversación, apareció un testimonio que reavivó una duda incómoda: ¿qué pasó con el techo de Córdova, ese talento que parecía destinado a marcar época en las Águilas?
Señalan la mala ética de trabajo de Sebastián Córdova
En una reciente entrevista, el ex portero Yosgart Gutiérrez recordó su etapa compartida con Córdova en Necaxa, cuando el mediocampista era una joven promesa del América que salió a ganar minutos antes de consolidarse en Primera División.
Gutiérrez reconoció que Córdova siempre tuvo talento, pero aseguró que su problema estuvo en la ética de trabajo y en rasgos de juego que arrastró durante años. Según su versión, esa falta de disposición le impidió alcanzar el nivel que muchos le proyectaban.
“Tuve algunos roces con él, porque de repente no le gustaba correr, no le gustaba meter, no le gustaba el choque…”, declaró Yosgart, explicando que esos choques ocurrieron en la calentura de partidos o entrenamientos.
El comentario pegó fuerte porque conecta con una percepción que muchos ya tenían: el talento sin hambre no alcanza. Y para el americanismo, la historia de Córdova queda como advertencia y como herida abierta: no basta con ser canterano y tener calidad, también hay que sostenerlo con trabajo… o el fútbol te pasa factura.
